Oviedo, P. R.

Nació, se cree, hacia 1430 en Coto de Paderni, en San Esteban de las Cruces, y murió en Medina del Campo, su segunda patria, en 1500. Alonso de Quintanilla fue, probablemente, el asturiano más importante del siglo XV. Contador Mayor y promotor de la Santa Hermandad, su vida estuvo ligada a la Corte de los reyes de Castilla de la época, sobre todo a la de los Reyes Católicos.

Los archivos de Simancas y de Asturias han organizado una exposición que ayer se inauguró en el Archivo Histórico de Oviedo con una conferencia de una de las especialistas en su biografía, Dolores Carmen Morales Muñiz, profesora de la Universidad a Distancia y ganadora del premio «Alonso de Quintanilla», del Ayuntamiento de Oviedo.

«Alonso de Quintanilla tal vez no fue un hombre de primera fila en la corte de los Reyes Católicos, pero sí de los que hacen gobierno», declaró a LA NUEVA ESPAÑA.

La relación del estadista con su tierra natal fue «agridulce», en opinión de la doctora Muñiz. «No fue profeta en su tierra, aunque fue protector del monasterio de Santa Clara, en el que reposan los restos de sus padres y de sus suegros. Los suyos están enterrados, junto a los de su esposa, en San Juan de Sardón, en Medina del Campo.

La exposición, a cuya inauguración asistieron la consejera de Cultura y el director general de Patrimonio, Ana González y Adolfo Rodríguez Asensio, respectivamente, así como los directores de Simancas y Asturias, Eduardo Pedruelo y Conchita Paredes, retrata la vida de Alonso de Quintanilla, pero también la época en la que vivió. En la misma se exhiben documentos y objetos que proceden tanto de los dos archivos ya citados como de otras instituciones y monasterios, como el de San Pelayo de Oviedo.

Entre ellos, destaca el testamento de Alonso de Quintanilla, el documento más importante del archivo de su mayorazgo, que refleja sus relaciones con la familia, la cultura, la Iglesia y con Medina del Campo. Alonso de Quintanilla, verdadero impulsor y organizador de la Hermandad General recreada en las Cortes de Madrigal de 1476, fue una pieza clave de la hacienda real. Él mismo fue un hombre muy rico. Sin embargo, es prácticamente desconocido en su tierra.