E. VÉLEZ

Una mujer somalí sonríe tímidamente mientras espera su turno para entrar en uno de los campos de refugiados de Yemen. Ha cruzado cientos de kilómetros huyendo de la guerra, el odio y la pobreza. El fotoperiodista Juan Carlos Tomasi supo captar ese momento hace dos años, cuando realizaba uno de los trabajos de la serie fotográfica y literaria «Testigos del olvido», expuesta ahora en el auditorio Príncipe Felipe hasta el 27 de octubre.

«Es el proyecto más difícil al que me he enfrentado porque me ha permitido conocer la cara más oscura del mundo y, a la vez, a algunos de los escritores más relevantes del momento», declaró ayer Tomasi durante la inauguración oficial de la muestra, a la que asistieron el alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, y la consejera de Cultura, Ana González Rodríguez, junto a los representantes de las entidades que participaron en el proyecto: el director de comunicación del Instituto Cervantes, Hernando Fernández Calleja; el responsable de información de Médicos Sin Fronteras, Javier Sancho, y el director de comunicación del diario «El País», Pedro Zuazua.

Tomasi viajó al Congo, Haití, Yemen, Cachemira, Malasia, Bangladesh, Colombia, Zimbabue y Guatemala con ocho escritores que completaron las imágenes con su prosa. Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Laura Restrepo, Juan José Millás, John Carlin, Laura Esquivel, Manuel Vicent y Leila Guerriero narraron el horror de un país con un estilo propio inconfundible.

Según el representante de Médicos Sin Fronteras, «Vargas Llosa pidió viajar al Congo para documentarse para su libro "El sueño del celta", y durante el viaje supo que le habían concedido el premio Nobel de Literatura. Fue una experiencia inolvidable».

Para Iglesias Caunedo, «este tipo de exposiciones están en consonancia con los premios "Príncipe de Asturias" porque, debajo de toda la pompa de la ceremonia, valoran la solidaridad». En la misma línea, la consejera de Cultura, destacó que las fotos «actúan de altavoces de realidades ocultas y nos abren los ojos hacia situaciones dramáticas y muy lejanas que ignoramos o que no queremos ver».