M. S. MARQUÉS

La Luna llena del mes de agosto estuvo en el germen de la exposición pictórica que Vicente Pastor (Barcellina, Valdés, 1956) inaugura hoy en el Colegio de Abogados de Oviedo. Se trata de un conjunto que reúne cerca de una treintena de obras de formato medio, realizadas por el pintor expresamente para los espacios expositivos del Colegio de Abogados.

Programada desde hace prácticamente un año, la muestra tuvo un período de ejecución corto, no más allá de tres meses, pero es el resultado de un largo proceso reflexivo salpicado de emociones y realidades, lo que el artista denomina «un período complicado en lo personal y en lo que nos rodea».

Vicente Pastor empezó a pintar bajo el influjo de la Luna de agosto, lo que se aprecia en los cuadros de tonalidades nocturnas: azules, negros, grises, pero poco a poco fue acercándose a la luz. «Fui sintetizando desde los primeros cuadros pintados directamente a la luz de la Luna y dejando paso a tonalidades más luminosas: dibujos con negro y rojo a pincel que después iba velando con capas de arena y pintura blanca, para, a continuación, volver a destacar ciertas zonas que me interesaban del dibujo».

Titulada «Esperando a la lluvia», la exposición de Pastor está realizada en función del espacio en el que se va a poder ver. «La arquitectura de la exposición está formada por tres pisos que coinciden con las tres series correlativas en el tiempo», asegura, para añadir que le gusta trabajar pensando dónde se va a exponer, de igual forma que el contenido de sus pinturas «está siempre influido por lo que está pasando».

Esa relación con el entorno y con lo que sucede alrededor es lo que ha inspirado el título de la muestra. «Cuando digo esperando a la lluvia me refiero a ese cambio necesario para que todo vuelva a florecer, a la recuperación de un bienestar personal y global, a la vuelta de la alegría, nada relacionado con la climatología».

El pintor afirma haber atravesado un momento complicado. «Creo que se nota en la obra», por eso habla de pintura hecha desde el interior, «visceral», en cuanto a la forma de ejecución y con mucho poso interior tras los pinceles. La exposición que se podrá ver hasta el 31 de diciembre llega a Oviedo después de la presentada por el pintor la pasada primavera en Avilés.