E. V.

La calidad vocal, el dominio escénico y la gracia de la mezzosoprano italiana Anna Bonitatibus enamoraron ayer al público que llenó el auditorio Príncipe Felipe durante el recital de música del ciclo «Oviedo barroco».

La selección de obras de Rossini, de la que la cantante es especialista, brilló aún más gracias a las notas del pianista Marco Marzocchi, que formó un tándem perfecto con la artista durante casi una hora y media de concierto. Marzocchi se metió a los espectadores en el bolsillo al inicio de la velada con una obra para piano solo que sirvió de preámbulo a la actuación de la mezzo.

«Divertido» y «sorprendente» fueron dos de los calificativos más repetidos al final de la noche por un auditorio heterogéneo, formado por asiduos del ciclo barroco y jóvenes melómanos, que se atrevieron incluso a jalear a Bonitatibus desde el patio de butacas. Ante tal demostración de afecto y admiración, la italiana regaló un tema de propina. «La canción del bebé» de Rossini fue el broche perfecto del recital.

La mezzosoprano volverá a actuar el próximo día 16 como estrella de la ópera «Agrippina». La obra del maestro Haendel es el cuarto título de la LXV Temporada de Ópera del teatro Campoamor.