J. L. ARGÜELLES

Ha sido uno de los grandes escultores españoles del siglo XX, con piezas que salen directamente de la gran literatura griega, como forjadas por Homero y Esquilo, o que regresan desde el viaje marciano de algún astronauta del futuro. La galería Van Dyck inaugura el próximo viernes una detallada retrospectiva de este artista singular, uno de los representantes fundamentales de la abstracción constructivista. Valenciano de 1922, falleció en Madrid en junio de 2004, poco antes de tomar posesión como académico de Bellas Artes de San Fernando. Hay obra suya en el Reina Sofía y el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, entre otras importantes instituciones.

Esta exposición, que permanecerá hasta el 12 de marzo en la galería que regenta Aurora Vigil-Escalera, reúne piezas de la colección particular del artista y tiene el interés añadido de que une a las piezas escultóricas, de gran interés, varios grabados, dibujos y collages. Ese material permite al espectador hacerse una idea de la ambiciosa y depurada tarea de este creador. De él ha dicho el escritor Manuel Vicent: «Pocas veces se da en un artista la perfecta simbiosis de una vida y una obra tan exquisita, preservada, rigurosa y exenta de adherencias impuras como en Amadeo Gabino».

Hijo del también escultor y grabador Alfonso Gabino, el escultor valenciano es autor además de escultura pública importante. Destacar su «Homenaje a Antón Brukcner» (Link) o «Estella de Venus», en el madrileño paseo de la Castellana. Frente al Cantábrico, en Gijón, está su «Galileo XV». «El arte es un testimonio de lo que nos rodea», manifestó en alguna ocasión este forjador de elegantes volumetrías. Con esta esperada retrospectiva, Van Dyck mantiene su apoyo a la escultura. Vigil-Escalera mantendrá hasta el próximo día 17 en su sala «Propuestas» la exposición «Seis maestros de la escultura española contemporánea».