El dibujante de Blimea Alfonso Zapico se siente un gamberro con permiso. El autor de «Dublinés», novela gráfica que recibió en febrero el Premio Nacional de Cómic 2012, rotula estos días sobre el blanco Niemeyer los personajes de su biografía del autor de Ulises y de «La ruta Joyce». Originales de sendas obras y dibujos sobre la propia pared configuran «Pasos encontrados», la muestra que abrirá al público el próximo martes en el Centro Niemeyer y que estrenará el programa plástico de esta nueva etapa del centro cultural avilesino. «Exponer aquí es un lujo, ¡me dejan emborronar el Niemeyer! Esto es hacer el gamberro con autorización, sin que nadie me riña», decía ayer el de Blimea rotulador en mano.

Zapico está sumergido estos días en el montaje de esta muestra. Y no hay mejor marco para sus dibujos, asegura. «No conocía mucho el espacio. Es enorme, circular, se adapta muy bien al recorrido de la exposición», señala. «Pasos encontrados» comienza con unos paneles explicativos sobre su obra y sobre el premio, una zona informativa que incluye dibujos y lo que el autor, «Asturiano del mes» de febrero de LA NUEVA ESPAÑA, define como el trastero. «Habrá unas vitrinas de cristal con cosas curiosas: libretas con mis bocetos y anotaciones, material que utilizo para dibujar, una especie de trastero sobre mi método de trabajo», explica.

El montaje de esta muestra, en parte efímera, comenzó el pasado martes. Y a Zapico aún le queda trabajado por delante. «Como ves todavía tengo tarea. Y cuando la exposición cierre pasarán un rodillo y se acabó. Es una muestra muy efímera pero queda bien. Los dibujos sobre la pared son hechos solo para esta exposición. Son detalles y viñetas de "Dublinés" y de "La ruta Joyce", explica.

«La ruta Joyce» es un cuaderno de viaje, el recorrido por las ciudades que visitó Alfonso Zapico tras los pasos del escritor irlandés en su arduo proceso de documentación e investigación para la realización de «Dublinés», la novela gráfica sobre la vida de Joyce cuando gestaba su «Ulises». Esos personajes y esos lugares empiezan a salpicar ya las paredes del auditorio avilesino.

Un fotógrafo amable («Está permitido hacer fotos, ¡pero hágalas bonitas!», dice) será el primer personaje que se encontrarán aquellos que visiten «Pasos encontrados». Entre dos originales se descubre a un Joyce depresivo («Mi libro no se publicará jamás», lamenta) y a una escéptica Virginia Wolff. «Este libro es una zafiedad», dice la escritora «Ulises en mano». Los visitantes también podrán viajar a Dublín, Trieste, París y Zúrich, las cuatro ciudades más importantes en la vida de Joyce por las que paseó en busca de inspiración para sus obras el artista asturiano. También tendrán la posibilidad de retratarse ante el café dublinés «The Long Hall».

¿Por qué Joyce? «Es un personaje tan pintoresco y llamativo... Me llamaba mucho la atención. "Dublinés" tiene ese mensaje opitimista y vital de Joyce, que dio protagonismo a las personas de la vida real, que impulsó ese rollo antihéroe que cambió la literatura», explica Zapico.

«Pasos encontrados» también tendrá un hueco para la divulgación. «Haremos un taller de dibujo en vivo para colegios, para alumnos de la Escuela de Arte... Hemos ralizado un vídeo sobre el montaje de la muestra que se proyectará de forma continua en la exposición», añadió el de Blimea. La muestra incluye 35 originales de "Dublinés" y otros tantos de "La ruta Joyce".

Dice Zapico que el dibujo es su método de expresión: «Es el medio que yo tengo para comunicarme, para expresarme, para contar historias». Y eso es precisamente lo que ofrece al público en sus «Pasos encontrados», una muestra donde el camino de Joyce confluye con el del asturiano. «Este es el dibujo de su viaje y el mío, la plasmación de que nos hemos encontrado», argumenta. Y esos pasos se han encontrado en las paredes del blanco Niemeyer.