Luanco,

Illán GARCÍA

La solidaridad y la literatura se han unido en Luanco. Y lo han hecho por todo lo alto. Los vecinos se han volcado en esta iniciativa que surgió en el grupo de trabajo de la biblioteca del instituto para ayudar a las familias necesitadas. Los luanquinos, a título individual, y la biblioteca de la villa marinera han donado cientos de libros, que se venden, la mayoría al precio de un euro o incluso menos. «Ya recibimos muchas donaciones, pero aún así, no paran de traer más libros», afirma Flor Prieto, profesora de Lengua del instituto.

Esta iniciativa nació con la idea de fomentar la lectura entre los alumnos. Cada pupilo cuenta con tres vales que los puede intercambiar por un libro pero aún así, los pequeños no dudaron en gastarse los cuartos y comprar joyas de la literatura a un precio «razonable». Los amantes de las letras tienen donde elegir en este mercadillo ubicado en la antigua cafetería del centro. Hay ejemplares de Historia, de ciencias naturales, ensayo, política, narrativa, filosofía, literatura infantil y juvenil, tanto novedades como clásicos. «Yo me llevo el guión de Orson Wells de "El Proceso"», afirma Leonardo Albarrán, que se acercó al mercadillo en compañía de Ana González, que tenía en sus manos «El descrédito del héroe», de José Manuel Caballero Bonald.

Esa nueva «librería» abre de diez de la mañana a dos de la tarde. «También abriremos algunos días por la tarde, mañana -por hoy- y el viernes de cuatro a seis», afirma Prieto. Así que las personas que quieran adquirir un libro con fines solidarios y a un precio razonable aún tienen tiempo para pasarse por la antigua cafetería de este centro educativo.

Mientras los vecinos de Luanco compran sus libros, un grupo de cinco niñas (Andrea Viña, Sara Roces, Adriana Vega, Andrea García y Sofía Suárez) vende por las calles el periódico «El Crisol», una publicación confeccionada por los alumnos del centro a un precio de 50 céntimos. De paso, estas alumnas también ayudan a promocionar el mercadillo. «Los vecinos nos preguntan si hay libros de Ken Follet o "Inés y la alegría", de Almudena Grandes o, incluso, libros de texto del antiguo bachillerato», afirma Ismael Piñera, que afirma que está encantado con esta iniciativa por varios motivos: por su fin solidario, porque como profesor de literatura siempre deseo tener una librería y también porque ha encontrado el último libro de «Los Cinco», que le faltaba: «Los Cinco van de camping». Los profesores destacan el compromiso de los alumnos en sacar adelante esta iniciativa y porque también se han animado a leer y, de paso, ayudan a colaborar con las familias necesitadas.

El hostelero Rubén Fernández, del bar Nueva York, ubicado en la calle Madrid, ha querido mostrar su cara más solidaria para celebrar el día internacional de Cruz Roja. Por ello, donará la recaudación íntegra del día de hoy a esta organización. «Si alguien quiere tomarse una cerveza, un café o lo que quiera en el bar, que sepa que toda la caja del día servirá para aportar un grano de arena a Cruz Roja», afirmó este hostelero, que con esta acción solidario la labor desinteresada que realizan los voluntarios con las personas con menos recursos.