Vegadeo,

T. CASCUDO

«Lo difícil es imaginar algo, porque hacerlo es fácil». Son palabras de Santiago García Granda, catedrático de Química Física de la Universidad de Oviedo, que fue el encargado de romper el hielo ayer en el Instituto Elisa y Luis Villamil de Vegadeo, al que se desplazó para cumplir con el encargo del IV Foro Comunicación y Escuela de trasladar a los alumnos veigueños la repercusión social de la investigación científica. García, junto a sus colegas investigadores en la Universidad de Oviedo Juan José del Coz, Heather Stoll y Javier Cuevas, sembró la semilla de la curiosidad científica en los jóvenes asistentes a la cita.

El catedrático inició su intervención destacando la calidad y la cantidad de investigaciones científicas que se gestan en la Universidad de Oviedo e hizo hincapié en el hecho de que en muchas áreas la institución académica asturiana está «por encima de la media mundial».

Conscientes de la dificultad de trasladar los complejos proyectos en los que están inmersos, los docentes se esmeraron en explicar la aplicación práctica de cada iniciativa científica. En este sentido, quien lo tuvo más fácil fue el profesor Juan José del Coz, catedrático de Construcción en Ingeniería de la Fabricación, quien se encargó de aportar las claves de la que será la construcción del futuro, que deberá aportar ahorro energético y reducción de la contaminación.

Del Coz habló con entusiasmo del trabajo que realiza en Asturias a unos alumnos que tienen el futuro en sus manos. Su principal obsesión es que su investigación llegue a la gente y, por eso, dijo, dispone ya de 14 patentes: «Trato de que mi trabajo repercuta en la sociedad, de que la gente lo use. Hacer una investigación cerrada no tiene sentido para mí», manifestó.

Del Coz trabaja convencido de que un nuevo modelo de construcción, un sector muy «denostado» actualmente por la crisis, es posible en España. A su juicio, es necesario el uso de materiales más eficientes y ecológicos, como la madera y el hormigón ligero, así como el empleo de nuevas técnicas y procesos de construcción. Por eso apuesta por la industrialización de la construcción: realizar edificios modulares que se construyen por componentes en una fábrica, se instalan en el terreno y se desmontan cuando finaliza su vida útil.

Si Del Coz puso el acento en tratar de reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera (la construcción produce casi el 40 por ciento de estas emisiones), la investigadora Heather Stoll, especializada en el cambio climático, profundizó en la repercusión de dichas emisiones. Se ganó a los alumnos al presentarse en el aula con media estalactita y realizar un improvisado experimento con dos botellas de agua. Stoll destacó que del progresivo calentamiento global, lo más preocupante es la paulatina reducción de la lluvia en la península.

El último en intervenir fue Javier Cuevas, investigador de Física de Altas Energías, que hizo viajar a los alumnos hasta la sede del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) donde nació Internet: «La investigación básica puede producir de modo casi inmediato aplicaciones muy básicas que pueden llevar a cosas como Internet», precisó. El investigador explicó a los veigueños que su tarea es «entender cómo funcionan las cosas a los niveles más pequeños, pero teniendo siempre en perspectiva la existencia de una aplicación práctica».

Dicho esto, Cuevas se lanzó a descubrir a los alumnos el significado del hallazgo del bosón de Higgs, dejando claro que su equipo de trabajo estudia la materia a un tamaño que tiene «diecinueve ceros, muy por debajo de la nanotecnología, que trabaja con nueve ceros». Se remontó incluso al Big Bang para exponer que los avances científicos son fruto de un largo recorrido de trabajo y por eso recomendó a su joven audiencia constancia, esfuerzo y trabajo.

Esta ponencia sobre ciencia tendrá una segunda parte el próximo 22 de mayo, cuando los alumnos visitarán la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón.