Tereñes (Ribadesella),

Lucas BLANCO

La pasión por la geología desbordó ayer la localidad de Tereñes. Alrededor de un centenar de personas, en su mayoría profesionales o aficionados a esta ciencia, no dudó en jugarse el tipo para descubrir y analizar un rastro de vida que continúa perenne en la costa asturiana 200 millones de años después, como son las huellas de dinosaurio de los acantilados de este pueblo riosellano.

Una iniciativa promovida por el equipo de investigadores del Museo del Jurásico de Asturias (Muja), ubicado en Colunga y dirigido por José Carlos García Ramos, en colaboración con la Sociedad Geológica de España con motivo del denominado como «Geolodía13», que consiste en la celebración de 54 actividades simultáneas en todo el país ligadas con esta ciencia.

En el caso de Asturias, la de ayer fue la cuarta ocasión que acogía un evento de este tipo y el éxito no pudo ser mayor. La investigadora del Muja Laura Piñuela no perdió la ocasión de transmitir sus vastos conocimientos sobre la materia a unos asistentes que prácticamente en su totalidad se atrevieron a descender acantilado abajo para ver de cerca las icnitas de dinosaurios de la familia de los ornitólogos, terópodos y estegosaurios.

Aventura que fue especialmente disfrutada por las decenas de niños que se animaron a disfrutar de la costa riosellana. «Todo lo que esté relacionado con el Jurásico me encanta, así que estoy deseoso de ver las huellas», declaraba el joven Juan Buenaga, que se desplazó desde Gijón con su padre Isidoro tras enterarse de que la visita estaría guiada por el personal del Muja. «Nos atrajo el hecho de que gente como Laura Piñuela fuese quien iba a guiar la visita», declaró el progenitor del pequeño, gran aficionado al mundo del Jurásico.

Finalmente, las expectativas no defraudaron. Tras media hora de malabarismos para evitar las caídas entre las piedras del acantilado, los asistentes se acomodaron en una gran roca desde la que atendieron las lecciones de los investigadores. «Este entorno es único para conocer in situ la riqueza geológica de Asturias», señaló el geólogo ecuatoriano afincado en Oviedo Edgar Berrezueta, que no perdió detalle de las explicaciones de sus colegas del Muja.