La fiesta de las rosas se celebró ayer en una primavera más anhelada que real con concurridas misas y procesiones en Arriondas y en la localidad riosellana de Barréu. Ni la amenaza de lluvia, a ratos consumada, ni el hecho de que fuera un día entre semana y laboral pudieron con la devoción que hacia Santa Rita de Casia hay en la comarca.

El tiempo pudo restar algo de público, pero en ningún caso deslució el colorido de la fiesta religiosa. Con las campanas del mediodía se acercaron los feligreses a la iglesia de San Martín de Arriondas, donde el año pasado se recuperó la procesión después de treinta años sin celebrarse.

En la comitiva iban el párroco de Parres, Amaro Balbín, su homólogo cangués, Luis Álvarez, y el alcalde y el teniente de alcalde del Ayuntamiento parragués, Marcos Gutiérrez y Emilio Longo. Tras dar una vuelta en torno al templo parroquial, la santa fue introducida de nuevo para celebrar la misa.

Santa Rita de Casia fue descrita por Balbín como «una mujer excepcional que ha de ser modelo en todos los estados de la vida», ya que los vivió. Con temprana vocación monástica, sus padres la casaron a los 14 años con un hombre del que enviudó tras tener dos hijos, que también fallecieron. Fue entonces cuando se convirtió en monja.

De las versiones sobre su identificación con la rosa, la más extendida es la que cuenta cuando Santa Rita, ya al final de su vida, pidió que le trajeran una rosa del jardín del convento. Como era pleno invierno, creyeron que sería imposible, pero el pimpollo allí estaba y se le asocia desde entonces.

La iglesia parroquial de Arriondas se llenó ayer de rosas, sobre todo rojas, que fueron bendecidas por el sacerdote local. La tradición cuenta con más de un siglo en Parres y los vecinos continúan respetándola, pues pocos fueron los que entraron al templo sin su flor.

La localidad riosellana de Barréu también se inundó de rosas, pues se recogieron unas mil. Esta cifra es todo un éxito para la fiesta, teniendo en cuenta el panorama general de crisis y el precio de las delicadas flores.

Así como en Arriondas la lluvia sólo amenazó, en Barréu llegaron a caer gotas, pero aún así fueron muchos los que siguieron la procesión. Este año la virgen estrenó un manto y protagonizó la ya tradicional bendición de las rosas. Unas semanas antes de la celebración de Santa Rita se encargan las flores en Ribadesella y Colunga, pues son muchos los devotos que se desplazan desde este concejo. La santa es la patrona de la administración local y ambos ayuntamientos, además de algún establecimiento, ofrecen centros. Entre los asistentes a la celebración de ayer en Barréu se encontraba la alcaldesa riosellana, Charo Fernández Román.

El día anterior a la fiesta las rosas se colocan en las dos columnas de la capilla y tal jornada como ayer se oficia la misa y la posterior procesión. Tras la bendición, se reparte una rosa a cada uno de los presentes, con independencia de que las haya encargado o no. La ceremonia estuvo acompañada por música de gaitero y tamborilero y, aunque en su tiempo hubo romería, ahora ya no se celebra en la localidad riosellana.

En Arriondas las fiestas se prolongarán hasta el domingo, siendo mañana la fiesta local. Ayer por la tarde los parragueses disfrutaron de un baile en la calle Santa Rita, organizado por la comisión de vecinos, y mañana se celebrará la segunda comida en la calle. Por la tarde tendrá lugar el «Día Infantil» en el parque de La Llera y por la noche verbena, amenizada por las orquestas «Los trovadores» y «Cuarta Calle».