Carlos Alba, natural de Santolaya de Nembro, se ha metido en la piel del nuberu, del trasgu, del busgosu, del cuélebre y de la xana, y eso lo ha convertido en el ganador de la VI Edición del certamen de cuentacuentos «Tierras del Torío», en la provincia de León, un concurso nacional de contadores de historias que ha reunido entre julio y agosto a siete narradores. Alba presentó en este concurso la pieza «Mitologías», un compendio de pequeñas historias de la tradición oral asturiana aderezadas con máscaras, títeres y marionetas.

El monologuista, conocido como «Cellero», comenzó sus «Mitologías» encarnando al nuberu, con careta de cuero y voz grave. «Es el ser mitológico que da energía», apostilla Alba. El siguiente relato versó sobre el trasgu, ese pequeño duende travieso con el que este monologuista también se siente identificado cuando se sube a los escenarios. Posteriormente, vinieron el diañu burlón, el busgosu, el cuélebre que secuestra a la xana y, así, un repaso por buena parte de los seres mitológicos que han inspirado decenas de leyendas en Asturias. «Los mitos asturianos son similares a los de otros lugares de España y la mitología griega y romana: Nuberu sería Zeus; el busgosu, el basajáun vasco; la xana, el hada de las fuentes...», explica el actor, que se siente satisfecho de haber conseguido el primer premio en el Festival de San Feliz de Torío, perteneciente al Ayuntamiento de Garrafe de Torío, a cinco kilómetros de la capital leonesa.

El premio está dotado con 1.400 euros, así como una promoción del artista gozoniego por los circuitos culturales de Castilla y León. Alba también será el encargado de abrir el certamen del próximo año. En las dos anteriores ediciones, Carlos Alba también se subió al podio. Quedó clasificado en tercer y segundo puestos, respectivamente. «Ya tenía un punto de partida. Este año quise ser más humilde y al final me cayó el primer premio», destaca el monologuista gozoniego, que se sirvió del mundo mágico universal para encandilar a un público que se entregó ante sus relatos que, originalmente, habían sido representados en asturiano bajo el nombre «Mitoloxíes».

Carlos Alba se mueve como pez en el agua en el mundillo de los cuentacuentos y lo hace en asturiano, en castellano y en lo que le echen. Lo mismo le da ser un paisano como «Cellero», que un joven como «El Pola», que un ser que encarna a dioses mitológicos de aire, agua y tierra. Y eso tiene su premio, como el que consiguió en el certamen de cuentacuentos de León, que le ha servido para, poco a poco, hacerse un hueco en la historia de los contadores del país.