Hugo L. GARCÍA

Igual que el conde Orlok, el ser que causa el terror en «Nosferatu» (F. W. Murnau, 1922), este clásico del terror y del expresionismo alemán renació ayer en el auditorio Príncipe Felipe. La banda sonora compuesta por José María Sánchez-Verdú, de cariz vanguardista, otorgó nuevos matices a las antiguas escenas del filme. La música explota las texturas y los instrumentos alcanzan sonoridades y efectos inesperados. El ovetense Nacho de Paz dirigió la orquesta «Oviedo Filarmonía» durante la proyección y junto a la orquesta actuaron las voces femeninas de la Capilla Polifónica «Ciudad de Oviedo».

La proyección fue la de la cinta restaurada por el madrileño Luciano Berriatúa, que recuperó los virados y tintados del metraje original. Así, las escenas presentan tonos ámbar o azul, un recurso que permite diferenciar las secuencias diurnas y nocturnas. También se recuperaron y reconstruyeron los intertítulos originales.

La orquesta «Oviedo Filarmonía» transmitió una gran intensidad en las escenas cumbre de la película. El Auditorio, con unos tres cuartos de entrada, acogió calurosamente la propuesta y la ovación cerrada para los músicos y el director se prolongó varios minutos.

El perfil del público fue variado, ya que el evento atrajo tanto a aficionados a la música como a seguidores del cine de terror, aunque éstos últimos se sentían «en minoría», según bromeaba Javier Ben, que acudió enfundado en una camiseta de «Nosferatu». «Tengo varias ediciones de la película, pero aún no conozco la música de Sánchez-Verdú», explicaba Ben a la entrada del recinto.

Otros espectadores, como Marina Fernández, se declaraban «habituales del Auditorio» y reconocían acudir principalmente por la música, aunque también agradecían la oportunidad de ver «una película con historia».

Sánchez-Verdú culminó su particular visión musical del clásico alemán en 2003, emulando a otros músicos como Hans Posegga, Peter Schirmann o, sobre todo, James Bernard -autor de las bandas sonoras del «Drácula» de 1958 y «La maldición de Frankenstein»-. Todos ellos se aventuraron a poner música a «Nosferatu» décadas después de su rodaje, consolidando la vigencia de la cinta. La partitura original, de Hans Erdmann, se perdió y fue reconstruida a partir de diversas fuentes.

Para «Oviedo Filarmonía» se trataba de la tercera experiencia de estas características: desde el año pasado, ya ha acompañado musicalmente las proyecciones de «Metrópolis» y «Alexander Nevsky», pero en ambos casos con la banda sonora original. Ésta era la segunda vez que el foso de la sala principal del Auditorio se abría para un concierto.