La XXXVII edición del Salón Internacional del Cómic del Principado, que comenzará el próximo miércoles en Gijón, ha cerrado un cartel con invitados de tan aquilatada trayectoria como el estadounidense Jan Strnad, el italiano Ivo Milazzo o el español José Ortiz, pero el gran protagonista por méritos premios será el gijonés Gaspar Meana (Tremañes, 1960), a quien se dedica una exposición en el Centro Antiguo Instituto con 52 páginas originales de «La Crónica de Leodegundo», trabajo en el que compendia desde la imaginación creativa y el rigor histórico dos siglos del Reino de Asturias.

«Es el Salón de La Crónica de Leodegundo», aseguró ayer Faustino Rodríguez Arbesú, director de un certamen que este año, además de entregar los cotizados premios «Haxtur», ha concedido el «John Buscema. Amar al Cómic» al prestigioso dibujante y diseñador Javier Mariscal, así como a Frédéric Manzano, editor francés de orígenes asturianos. Para Arbesú, que presentó el programa de esta nueva edición del Salón junto a su colaborador Fernando Cuesta y el director de la Fundación Municipal de Cultura, Xosé Nel Riesgo, «La Crónica de Leodegundo» es a la vez una «joya», una historia «maestra» y una «obra maldita». «Por su documentación, deja boquiabierto a cualquiera que se acerque a ella», añadió.

«La Crónica de Leodegundo» incluye 25 álbumes de 48 páginas cada uno, en formato cómic y escrita en asturiano. La primera entrega, «La Mesa de Salomón» es de 1991, y se completó en 2006 con «La última pallabra». En este ambicioso proyecto han sido fundamentales la editorial Llibros del Pexe y, como recordó ayer Arbesú, la revista «El Wendigo». El libro ha sido reeditado ahora en castellano por la Universidad de Mallorca.

«Gaspar Meana es el gran protagonista de este Salón, independientemente de la calidad de otros autores», subrayó por su lado Riesgo. Para éste, debería ser materia de «sonrojo» en el Principado que esta reedición de «La Crónica de Leodegundo» proceda de la Universidad mallorquina y no de Asturias. «Es un autor prodigioso y ha hecho una obra monumental, con un rigor asombroso, desde Gijón», subrayó el director de la Fundación Municipal de Cultura. Para éste, el Salón del Cómic, fundado en 1972, tiene «un gran efecto retorno para la ciudad pese a su modesto presupuesto». El Ayuntamiento le dedica 12.000 euros.