El "Réquiem de guerra", de Britten -hoy se cumplen cien años del nacimiento del compositor británico-, una de las obras sinfónicas y corales más trascendentales del siglo XX, compuesto sobre los horrores de la II Guerra Mundial, será interpretado hoy, a las ocho de la tarde, en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo por la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias y tres solistas de tres de los principales países contendientes en aquella conflagración: la soprano rusa Evelina Dobraceva, el tenor irlandés Robin Tritschler y el barítono alemán Stephan Genz. Todos, dirigidos por el maestro Rossen Milanov, titular de la sinfónica asturiana.

Mañana, sábado, se repetirá el concierto, también en el Auditorio y a la misma hora, con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA. Estaba previsto interpretar el "Réquiem de guerra" de Britten en el teatro de la Universidad Laboral de Gijón, pero las intensas lluvias de los últimos días deterioraron la cubierta de la sala, que ha quedado impracticable. Los aficionados gijoneses se podrán desplazar en autobuses dispuestos por el teatro de la Laboral. Las entradas también pueden adquirirse a partir de hoy en Oviedo.

En el escenario estarán los 86 profesores de la OSPA divididos en dos secciones, que realmente son dos orquestas, una de cámara formada por los primeros instrumentistas, y dos coros. Un tercer coro, infantil, estará ubicado en el patio de butacas: en conjunto, 124 voces. Así que en total habrá 210 intérpretes. El "Réquiem" forma parte del ciclo "Música y guerra" que la OSPA ha programado para esta temporada y cuenta con la colaboración de la Universidad de Oviedo.

El maestro Milanov está especialmente comprometido con esta obra y, a la postre, su doble interpretación en Oviedo. Pone el énfasis en que "es una composición pacifista que supone un concepto de la vida que ahora necesitamos mucho". Como también ha señalado el titular de la sinfónica asturiana, se estrenó en 1960, "en un tiempo en que la "guerra fría" estaba muy viva, en esos años y posteriores estaban presentes el Muro de Berlín, la guerra del Vietnam y la crisis de los misiles de Cuba".

Para el estreno absoluto se pretendió que los solistas fuesen la rusa Galina Vishnevskaya, el inglés Peter Pears, pareja de Britten, y el alemán Dietrich Fischer-Dieskau, para, así, demostrar un espíritu de encuentro entre ciudadanos de países que habían estado en guerra. La URSS no permitió asistir a Vishnevskaya. Fue reemplazada por Heather Harper. Tres años después, la obra se grabó con los artistas previstos inicialmente y la London Symphony Orchestra, dirigiendo el propio Britten.