La iglesia de Santa Cristina de Lena podría ser un siglo más antigua de lo que se creía hasta ahora. Al menos ésa es una de las conclusiones de un estudio elaborado por la geóloga especializada en petrología, Araceli Rojo, que ha analizado varias muestras de los morteros del templo lenense, una de las joyas del Prerrománico asturiano. Además de este templo, el estudio también se ha realizado en San Salvador de Valdediós (Villaviciosa) con idénticos resultados.

Los datos obtenidos por los investigadores que han participado en este estudio muestran que la bóveda de Santa Cristina de Lena se construyó entre finales del siglo VII y mediados del VIII, lo que supondría cien años antes de lo que hasta ahora se creía. Aún así, Araceli Rojo subraya que no son fiables al cien por cien, y que para datar más exactamente los templos deberán hacer más mediciones.

La idea de estudiar el origen y las construcciones de estas iglesias surge de una convocatoria de subvenciones del ministerio de Cultura para Bienes de Patrimonio Mundial. "Eso coincidió con que se acabaron las obras de restauración de Santa Cristina de Lena y se había realizado una campaña arqueológica que llevó a cabo Sergio Ríos donde se habían tomado unas muestras de morteros", explica Rojo. Paralelamente, unos años antes hubo también unos cambios de cubierta en San Salvador de Valdediós, y se habían recogido una serie de morteros -materiales constructivos de trabazón que unen los ladrillos o las piedras-. Según apunta Araceli Rojo, los morteros son piezas muy interesantes ya que "tienen que ser fabricados específicamente para la construcción y no se reutilizan, con lo cual pueden dar datos del proceso constructivo, de las materias primas para hacerlos...".

El resultado del estudio ha arrojado unas primeras conclusiones interesantes. "Hemos podido comprobar cómo eran los morteros originales, cómo se fueron construyendo las bóvedas norte y este de Santa Cristina...", explica la petróloga, quien agregó que el análisis ha permitido poder datar además las diferentes intervenciones o rehabilitaciones que se llevaron a cabo en ambos templos.

El proyecto, en el que también participaron el arqueólogo Sergio Ríos y el arquitecto Jorge Hevia, ha permitido comprobar las formas de construcción de Santa Cristina y San Salvador. "En Lena, cuando se fabricaron los morteros, el material de partida que se utilizó fue el material geológico más próximo, es decir, cogieron las arenas o los desperdicios de la construcción del entorno para el mortero. En Valdediós, había más elaboración, unas técnicas más sofisticadas", indica Rojo, y asegura que "esto puede significar que en los templos se desarrollaron en épocas constructivas diferentes".

Respecto a las dataciones, Rojo afirma que es un sistema complejo, y su equipo optó por hacerlo a partir de los conglomerantes. "Es más precisa porque lo que realmente obtienes es el momento donde el mortero empezó a endurecer, a fraguar y a carbonatar, y nos daría la fecha constructiva, pero también tiene más riesgo de contaminaciones". "Con tres muestras que hemos analizado tampoco podemos cambiar la historia, pero sí sugerir la posibilidad de que a lo mejor las fechas sean más antiguas, unos cien años", concluyó.