La "Paloma de la Fraternidad" voló ayer hacia Bueño. Con motivo de la trigésima cuarta edición del Día de los Pueblos de Asturias, celebrado en Navelgas (Tineo), la localidad del concejo de Ribera de Arriba recibió este galardón, todo un símbolo de solidaridad y hermanamiento. El pintor Manuel García Linares, fundador del evento, declarado de interés turístico regional, explicó los motivos que llevaron a seleccionar esta candidatura: "Es un ejemplo de lucha por la defensa de su paisaje y de los derechos de sus vecinos", aseguró. "Los pueblos de Asturias no se mueren, los estamos matando nosotros, y las gentes de Bueño luchan cada día por salvar a su municipio de este naufragio", concluyó.

El anfitrión de la fiesta, el Alcalde de Tineo, José Ramón Feito, sólo tuvo palabras de elogio para Bueño, considerada como "la capital del hórreo" en Asturias tanto por el número de construcciones que acoge como por su buena conservación. "Es una alegría que se produzca un hermanamiento entre dos lugares que han obtenido el premio Príncipe de Asturias de Pueblo Ejemplar", destacó el regidor. Su homólogo de Ribera de Arriba, José Ramón García Sáiz, no le anduvo a la zaga en elogios. "Hemos tenido un recibimiento muy bueno, nos sentimos como en casa y volveremos", aseguró. Belarmino Fernández, presidente de la Asociación Cultural de Bueño, destacó la presencia de bastante más de un centenar de vecinos y festejó el hermanamiento entre dos pueblos "emprendedores y unidos por la lucha en favor de la cultura", por sus inquietudes artísticas, plasmadas en el caso de Bueño en su festival de jazz, su ciclo de cine al aire libre o su certamen de pintura rápida.

En Navelgas, la cabecera del "Valle del Oro", la celebración del Día de los Pueblos comenzó con mucho teatro. La representación de "La fablilla del secreto bien guardado", de Alejandro Casona, a cargo del grupo de teatro de Bueño, dio el pistoletazo de salida a la celebración. Antes de que las charangas y grupos folclóricos animaran con su música a la multitud se entregaron los galardones.

Isidro Caballero, presidente de la asociación Pico Peñamellera e impulsor del Museo de los Bolos de Asturias, en Panes, recibió el Arándano de Plata por su defensa de la tradición bolística, que defendió en su intervención con un lamento: "Los bolos y los pueblos son como los robles: tuvieron mucho protagonismo a comienzos del siglo XX pero ahora están en decadencia".

El "Chosco de oro", premio llamado así en honor al embutido y al mineral más famoso del concejo tinetense, tuvo este año dos destinatarios. Por un lado, se le otorgó a Florentino Martínez Roces, presidente de Langreanos en el Mundo y promotor del Centro Asturiano de Málaga, por ser un abanderado de la asturianía. El otro "chosco" recayó en a Central Lechera Asturiana como "buque insignia de la industria agroalimentaria regional". El presidente de la empresa, el tinetense Bertino Velasco, recibió la gratificación "encantado de ser profeta en mi tierra".

A continuación, las autoridades descubrieron la placa en honor a Bueño, que estrenó la cara frontal del monolito de la Plaza del Día de los Pueblos, dado que en el lateral, después de 34 ediciones, ya no queda sitio para más homenajeados. Tras la interpretación del "Asturias, patria querida" a las gaitas de la banda "Soto Rey", también de Ribera de Arriba, los asistentes contemplaron una mallada de trigo a la vieja usanza, con malladora de correas y ventiladora incluidas.

Junto al patio del colegio Príncipe Felipe tuvo lugar una comida campestre en la que además del chosco tinetense se degustaron, como es tradición, sardinas por cortesía de asadores de Candás, primer pueblo premiado en la celebración, en 1980. Los comensales, muchos ataviados con el traje típico regional, buscaron una cotizada sombra mientras reponían fuerzas para la verbena nocturna.