Actúa el próximo día 21 en Avilés

Oviedo, Javier BLANCO

«Amaral» publicó «Hacia lo salvaje», nuevo álbum y en el acto fue disco de oro. El dúo y su banda actúan en el auditorio del Niemeyer en Avilés el día 21, en un concierto organizado por Telecable y Sol Música, cadena esta última que emitirá la sesión en su programa «A solas». La entrada es por invitación, tras un sorteo que Telecable hizo entre sus clientes para ver a Eva Amaral y Juan Aguirre, quienes siguen manteniendo a «Amaral» en la cumbre de la escena musical. En un descanso de su gira Juan Aguirre cuenta a LA NUEVA ESPAÑA cómo le van las cosas al grupo en esta gira.

-El disco es una nueva ruta en la carrera de «Amaral».

-Si es una referencia a la autogestión, debo decir que es una idea que surgió en 2006 y que en 2007 pusimos en marcha. Este año hemos visto que suscitó interés. Para nosotros es un paso más.

-Más que a la autogestión discográfica me refería a lo musical.

-Realmente sí, pero porque nos plantamos delante de unas hojas en blanco como si nada de lo que hubieras hecho antes hubiera pasado.

-¿Y qué se encuentra de nuevo esta vez?

-La voz de Eva más cercana, las guitarras y elementos rítmicos. Las bases son más contundentes, las guitarras más presentes. Son doce canciones distintas.

-«Hacia lo salvaje», ¿por alguna razón?

-Hacia lo salvaje nació como una canción de huida. Hay historias diferentes, llamativas, símbolos y estados de ánimo distintos. De amargura y de tirar para delante.

-Benjamín Prado habla en el texto de «la promo» de canciones melancólicas y eufóricas.

-Las canciones reflejan historias ocurridas a lo largo de nuestra vida. Vamos componiendo y se reflejan momentos de «subidón» y bajadas de estado de ánimo.

-¿Tantos años después sigue habiendo compenetración entre ambos para componer?

-Tampoco es tanto. Es una década y son seis discos. No es tanto. Pero somos los dos bastante individualistas a la hora de componer. Eso sí, me costaría mucho trabajar con otra persona que no fuera Eva. Nos lanzamos con la guitarra y ella empieza a improvisar cosas con la voz. Me encanta escribir canciones con ella y lo disfrutamos mucho. Es importante que escribas canciones con alguien que tiene una visión del mundo parecida a la tuya.

-¿Y qué visión tienen del mundo?

-Es una sociedad dura. Excluimos a muchas personas. El otro día leí que vivíamos en el mundo del simulacro, donde la tele pone una realidad trastocada. El concepto de progreso es una mentira. El pulso está en la calle.

-Los artistas tienen capacidad para trasladar un mensaje real.

-Yo puedo decir que un músico es el producto de lo que le rodea. No creo que el músico influya en la sociedad, la sociedad influye en nosotros. No pensamos que valga más lo que digamos nosotros que lo que dice un panadero.

-Algo influyen: Rubalcaba citó una de sus canciones en el Congreso y usted le contestó con contundencia

-Lo de Rubalcaba se tergiversó bastante; no quise ser irrespetuoso. Se alteró lo que dije. Lo que dije de hecho es que las canciones son de todos y cualquiera las puede citar, pero también que se preocupara de los problemas de la calle.

-Disco de oro a las primeras de cambio. ¿Da vértigo tanto éxito?

-La sensación es de responsabilidad y de agradecimiento. Hacemos una cosa a solas y luego te viene a ver la gente. Es difícil dar las gracias a cada una esas personas que te escuchan.

-¿Qué se verá en el Niemeyer?

-El repertorio son las doce canciones de «Hacia lo salvaje» y 18 o 20 de las anteriores. Lo que sí vamos a hacer es un concierto enérgico y cañero. Estamos deseando ir a Asturias; es un lugar al que hemos ido desde el principio de nuestra carrera.