El fotógrafo Tim Parchikov (Moscú, Rusia, 1983) se ha recorrido media Europa buscando historias mientras se están cociendo: almacenes de aparejos, ventanas abiertas y conversaciones entre las sombras. El fruto de aquel recorrido a media luz es la exposición "Suspense", que ayer se inauguró en el "foyer" del auditorio del Niemeyer y que mantendrá colgada hasta finales del próximo mes de marzo. La muestra la organizó Anne Morin a través de diChroma Photography y se presentó el pasado mes de septiembre en la Maison Europeenne de la Photografie de París.

"Lo que pretendo es que los espectadores contemplen la muestra y construyan así la película que ocultan", aseguró el fotógrafo en la inauguración de su exposición. Y es natural: Parchikov maneja la cámara como Dashiell Hammett el teclado de una máquina de escribir. Las imágenes cuentan historias, pero es la mirada de quien las disfruta la que las cierra. Así sucede con la imagen del cartel de la muestra: una carretera en el crepúsculo, una señal iluminada en un contrapicado y muchas preguntas por delante. "Desde este pasado lunes han podido ver a Parchikov recorriendo Avilés en busca de más fotografías que completen esta muestra", comentó Anne Morin durante la visita guiada que Parchikov ofreció a las autoridades culturales del Principado y del Ayuntamiento que se acercaron ayer al auditorio del Niemeyer. Faltaron la consejera de Educación y Cultura, Ana González, y también su viceconsejero, Alejandro Calvo. Y, asimismo, la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela. El concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez, y la directora general de Política Lingüística, Ana Fueyo, los suplieron.

Parchikov centra su obra en su país: conversaciones en un compartimiento de un tren, el paso de largo de un hombre en un palacio señorial... El cine ahoga cada una de las imágenes que propone el artista nacido cuando la Unión Soviética empezaba a dar sus últimos estertores. Con la cámara en mano, Parchikov fotografía e ilumina y de su labor salen imágenes con la sombra de Edward Hopper alargada. O también con la de Francisco de Goya y Lucientes. El objetivo de Parchikov es algo más que un ilustrador de historias, es la propia pluma que descubre qué se oculta tras la aparente normalidad que da un pierna tendida en un lecho que se asoma por una ventana. "¿Está dormido, está muerto?", se preguntó Parchikov. "No lo sé, lo que quiero es que la respuesta la dé quien mira la imagen", aseguró.

El crítico Ami Barak escribió que Parchikov propone "una forma de contingencia que captura un lugar en un momento en que puede surgir de repente una historia o haber ocurrido ya, pues en cada una de las paradas de sus vagabundeos por todo el mundo, por Europa o Asia, este artista indaga a su manera qué puede haber sucedido o qué sucederá justo cuando él se marche". El fotógrafo ruso ha recorrido Europa y ha ilustrado conversaciones misteriosas en un terraza a la hora de la cena o se ha preguntado que acaban de celebrar dos personajes que empiezan a cruzar una plaza veneciana. "Suspense".