El arte es, también, para los tiempos de crisis. La XXV Edición de la Muestra de Artes Plásticas de Asturias, que ayer se inauguró en primicia en Avilés, es reivindicativa y superviviente: es la única que se mantiene de todas las que se pusieron en marcha a principios de la década de los ochenta. Trasladada al CMAE del Arbolón -en vez de en la habitual Casa de Cultura-, reúne obra de cinco artistas y no de siete, como era habitual. Y es que según explicó el comisario de la muestra, Jaime Luis Martín, la participación disminuyó, debido, entre otras cosas, a que por segundo año consecutivo los ganadores no tienen premio. El jurado decidió por unanimidad elegir los trabajos de Álvaro Díaz (Gijón, 1981), Pablo Pons (Gijón, 1987), Liana Montserrat Rodríguez (Oviedo, 1989), Job Sánchez (A Coruña, 1979) y Helena Toraño (Llanes, 1984). En esta última recayó el Premio Asturias Joven de Artes Plásticas.

Cada uno tiene propuestas estéticas muy distintas, pero en todos los casos queda patente un viaje al interior, tanto de espacios como de obsesiones personales. Como explicó Helena Toraño, un retrato a partir de objetos que tienen significado especial para la autora. Obsesiones como los montones de cosas que apila Álvaro Díaz con ojos y pies. El diario íntimo a través de imágenes de Liana Montserrat Rodríguez. La evocación de la expresión colectiva que Pablo Pons plasma en viejas puertas de armario. Y la geometría que parte de objetos cotidianos de Job Sánchez. Arte aún y pese a la crisis.