Su objetivo principal era traerse una medalla. Y de paso también probarse en un reto complicado. Manuel Cuetos Piñón cumplió. Obtuvo el bronce en la Olimpiada Nacional Matemática que se celebró el pasado fin de semana en Badajoz, tras conseguir la trigésima mejor puntuación sobre un total de 77 participantes. "Cumplí el objetivo de conseguir una medalla. Pero el examen fue más difícil de lo que preveía", señala este gijonés de 17 años de Segundo de Bachillerato del IES Doña Jimena.

La competición, a la que acudió animado por su madre, le sirvió para tomarle el pulso definitivo a esta ciencia, que además tiene claro que estudiará a partir del próximo año en la universidad. Como ya hace su hermano mayor y siguiendo así también los pasos de su madre, Ana, que es profesora de matemáticas en el IES Calderón de la Barca.

La Olimpiada Nacional de Matemáticas congregó a los mejores alumnos del país. La prueba tuvo un nivel muy elevado. "Contaba con ejercicios que obligaban a pensar mucho", incide Cuetos. Los alumnos se sometían a seis ejercicios, que sumaban un total de 42 puntos. "Había mucho nivel y muchas geometrías en los ejercicios. Sabía que iba a ser diferente y complicado, pero no tanto", explica.

Aunque sólo pudo resolver de forma completa uno de los seis ejercicios, su valoración fue positiva. "Lo que más me gustó fue un ejercicio que consistía en una demostración", comenta Cuetos, que no duda en reconocer que le gustaría repetir la experiencia para obtener un mejor resultado.

Alejandro Cuetos reconoce que lo más importante en este tipo de prueba es la "habilidad", ya que se trata de ejercicios totalmente distintos a los que tiene que hacer en el instituto. Aunque precisamente ese reto es lo que le apasiona, porque con su peculiar estilo siempre fue capaz de conseguir desarrollar conceptos por mecanismos diferentes a los explicados por los profesores.

La medalla de bronce en la Olimpiada Matemática supone el reconocimiento a muchos años de dedicación y esfuerzo. Y a que su estilo iba encaminado a un buen final. Una ecuación que ha quedado bien resuelta.