Yago Lamela y su emblemático salto de 8,56 metros de longitud que le convirtió en una leyenda del atletismo mundial estuvo muy presente ayer en Castropol. Juanjo Azpeitia, durante años entrenador del desaparecido atleta avilesino, se encargó de recordar su figura y lo que supuso aquel salto que le catapultó a la fama. "Ni yo ni él pensábamos que iba a saltar eso", reconoció Azpeitia en el coloquio sobre deporte olímpico que organizó el instituto Elisa y Luis Villamil en el marco del séptimo Foro Comunicación y Escuela.

Azpeitia, que califica de "irrepetible" la oportunidad que tuvo de conocer a Lamela y ayudarle en su gesta, compartió mesa con la tiradora ovetense Eva Suárez y con el remero veigueño Juan Pablo Barcia "Pioto". Aunque inicialmente estaba prevista la presencia de Rocío Ríos, finalmente no pudo asistir a este encuentro con un grupo de escolares del instituto veigueño y de los colegios Jovellanos, de Vegadeo, y La Paloma, de Castropol.

Los tres deportistas, guiados por el periodista Ángel Fernández, narraron su experiencia en unos Juegos Olímpicos y también la importancia de trabajar duro y con constancia para poder destacar en el mundo del deporte.

En este sentido, Azpeitia recomendó a los jóvenes que practiquen aquella modalidad deportiva que les haga "ser felices". "El deporte que tenéis que practicar es aquel que os guste, que sea una pasión especial, ahí es donde vais a destacar", precisó, al tiempo que les invitó "a descubrir vuestros poderes ocultos, tanto en el deporte como en la cultura y en el estudio".

Por su parte, la tiradora Eva Suárez explicó a los niños que el deporte es algo que "os puede ayudar a conoceros a vosotros mismos y a llegar a límites que nunca habíais creído", aunque para llegar al nivel profesional hacen falta "esfuerzo, tenacidad y ganas, pues no se regala nada". Suárez, que participó en los Juegos de Seúl y de Barcelona, narró su experiencia olímpica. "Me impactó y me gustó mucho".

A Juan Pablo Barcia, más conocido como "Pioto", le tocó explicar la experiencia del deporte paralímpico. El veigueño llegó al deporte adaptado tras sufrir un grave accidente de tráfico y supo reconducir su vida gracias al remo. Contó a los niños que detrás de la competición hay muchas horas de entrenamiento y de sacrificio pero les retó a no rendirse: "Hay que intentar las cosas hasta que salgan", concluyó.