La localidad lenense de Carabanzo se convierte a marchas forzadas en "Carabantium", un poblado astur que en el fin de semana del 14 al 16 de agosto se verá atacado por las legiones de Publio Carisio. Es la fecha del Festival Astur-Romano, una cita que cada año recrea las luchas de astures y legionarios en la Carisa. Los habitantes del pueblo se metieron ayer en el papel y empezaron a construir una gran fortificación para proteger el poblado astur del implacable avance romano. Esta edificación, construida con cinco toneladas de madera, es una de las novedades de esta nueva edición. La cita batirá récord de participantes: más de cuatrocientos figurantes para escenificar la batalla.

Amanece temprano en el poblado astur de Carabantium. Los guerreros "Casius" (Jaime García), "Korbis" (Manuel Fernández), "Hilarius" (Hilario Faes), "Rangar" (José Ignacio Faes), "Ilikon" (Luis García) y "Bolkar" (Antonio Rueda) cambiaron ayer las espadas por los martillos y se pusieron manos a la obra a las ocho y media de la mañana, la hora prevista para que el poblado recibiera los cargamentos de madera. "Queremos que quede bien cerrado, aquí no va a entrar ni un solo legionario", señaló el guerrero "Casius".

El sentimiento astur de "Carabantium" es una forma de vida. En varias ocasiones, la organización tuvo que rogar a algún vecino para que se vistiera de romano y mermara la escasez de legionarios autóctonos. El festival cumple este verano diez ediciones y están tramitando ya la concesión de la catalogación como Fiesta de Interés Turístico Regional. Uno de los aspectos que destacan en su candidatura es la implicación de los vecinos. Todas las entidades del pueblo (Asociación de Mayores, Asociación de Jóvenes, Muyeres de Carabanzo y Club Ecuestre de Carabanzo) participan activamente en la puesta en marcha del evento.

Las ganas quedaron más que claras ayer cuando, después de cinco horas de trabajo sin pausa, el poblado estuvo listo. Las manos de los guerreros, eso sí, ajadas y necesitadas de cuidados para poder agarrar la espada en la batalla contra los romanos, que tendrá lugar el 16 de agosto. "Korbis" fue el último en soltar el martillo y alzó la vista para admirar el parque infantil reconvertido en poblado astur: "Está irreconocible".

El tobogán es ahora una torre de vigilancia, lista para controlar al enemigo. Los columpios están desmontados y el suelo lleno de paja. Hay dos cabañas, en las que dormirán los astures cuando finalicen su turno de guardia. Mientras los hombres armaban la fortificación, las mujeres del poblado daban las últimas puntadas para que los trajes de caracterización estén listos la próxima semana. Cada participante tiene dos modelos de astur. Hay menos vestimentas de romano, ya que el precio de los equipos puede superar los cuatro mil euros.

Las legiones y algunos guerreros llegarán a "Carabantium" desde fuera. Muchos tendrán que acomodarse por las casas y las instalaciones municipales que hay en el pueblo. Ya casi no quedan camas libres en los hoteles del entorno y la organización ha habilitado una parcela de acampada en la zona baja de Carabanzo.

Han pasado diez años desde la primera vez que Carabanzo mudó en "Carabantium". Las ganas y el trabajo incansable siguen intactos, aunque este año falta uno de los pilares de la fiesta. Agradable Fernández "Agra" ya no podrá seguir cosiendo trajes e hilando ilusión. Velará por los astures desde lo alto. Más allá de la Carisa.