Héctor Braga ha llevado la música tradicional asturiana más allá de nuestras fronteras con conciertos en países como Portugal, Francia, Suiza, Reino Unido, Italia o Marruecos, y asegura que su trabajo se compra en Nueva Zelanda y en América. "Se trata de llegar a un público global con un discurso local", afirma Braga. Ahora, cinco años después de su último disco, este músico langreano vuelve con "La fonda de Lola", un trabajo de trece canciones en el que refleja la evolución experimentada a lo largo de su trayectoria y en el que ha conseguido reunir a más de cincuenta músicos. Braga presentará "La fonda de Lola", su cuarto álbum en solitario, este sábado en Arenas de Cabrales.

"El disco propone una fusión muy interesante de la música asturiana con otros sonidos, como la música flamenca y latinoamericana, con algunas colaboraciones, entre ellas, Luis Delgado, Kepa Junkera, Orestes Barbachán, Ángel Ruiz, y la novedad de que participa una orquesta de música, la Orquesta de Cámara de Siero, y la banda de gaitas "Picos de Europa-DOP Cabrales", explica Braga. Este polifacético músico afirma que "el disco no rompe la línea temática porque sigo tocando los géneros tradicionales y habituales de la música asturiana, pero el nivel de producción es total con casi cincuenta músicos y artistas participando en el trabajo. Se trata de una producción muy audaz que saqué con mi propio sello discográfico que se llama Etnoson". La música instrumental de baile, las asturianadas, los romances y los cantares se combinan con sonidos latinoamericanos que generan joyas como su popular habanera en lengua asturiana: "La habanera es un tema que escribí hace unos cuatro años. La gente siempre me pedía que lo grabara, querían comprarme el disco en el que estuviera la canción".

Braga es un músico camaleónico, reconoce adaptarse a la "idiosincrasia del público" y no hace dos conciertos iguales. "Yo siempre digo que soy musicólogo pero sobre todo "muy psicólogo" porque analizo al público que tengo, nunca hago el mismo repertorio", bromea. Es musicólogo y etnomusicólogo, ha hecho un máster de postgrado en Comunicación y ahora está preparando su doctorado sobre la asturianada. Él mismo admite que se ha pasado la vida estudiando y se considera muy afortunado de poder vivir de su pasión: "Siempre digo que tengo la suerte de ser un artista autónomo que puede dedicarse profesionalmente a esto. Colaboro con distintos grupos de freelance, como "Stormy Mondays", y también dirijo una banda de gaitas. Hay que hacer muchas cosas para poder sobrevivir".

Braga posee el mayor archivo digital de música tradicional asturiana que ha conseguido nutrir gracias a las investigaciones para su tesis doctoral: "Tengo digitalizadas alrededor de 600 piezas que he extraído de archivos públicos y privados. Fue una tarea que me llevó casi cinco años. Es una pena, porque se trata de un material que ahora mismo lo tengo privado, y yo entiendo que debería estar a disposición del público en una institución".

Su trayectoria comenzó con tan solo cuatro años, cuando participaba en concursos de tonada en compañía de su abuelo. A los seis años, entró a formar parte de la rondalla local y con diez, empezó en el conservatorio. "Cuando decidí dedicarme a esto, siempre busqué hacer algo diferente y de ahí surgen luego todos los instrumentos, el arpa, la zanfona, y también la posibilidad de cantar y tocar la gaita, que ya poca gente lo hace", añade.

La aceptación de su trabajo fuera de España es total y así lo demuestra el hecho de que haya dado conciertos en diferentes países del globo: "Para mí fue muy importante la gira que hice por los institutos Cervantes de Marruecos, donde vi que la música asturiana les atraía mucho. En Argentina también fue espectacular porque hay una comunidad asturiana muy grande, tienen un sentimiento de arraigo muy fuerte".

Este sábado presentará su nuevo disco en Arenas de Cabrales a las once y media de la noche. Una de sus ilusiones sería poder presentarlo en La Felguera, en su Langreo natal. De hecho, siempre comienza sus conciertos con una asturianada que se llama "Soy de Langreo". Todo un guiño a sus raíces.