Cochinillo asado en salsa de vino, ostras, ciervo, jabalí... Los romanos han pasado a la historia, entre otras muchas cosas, por saber organizar suculentos banquetes. Las clases altas de la capital del Imperio despreciaban los ágapes frugales, con una clara tendencia al exceso en la mesa. Ahora bien, cuando había que conquistar, la comida se volvía más básica y primaria, aunque no menos reconstituyente. Durante su estancia en Asturias, en los campamentos del centro de la Cordillera, la nutrición no fue un problema. Eran muy hábiles y se adaptaban perfectamente a lo que ofrecía el terreno. "En Asturias se sabe que comían carnes desecadas, como cecinas, y quesos muy curados, como el actual parmesano de roca. Buscaban productos que podían desplazar fácilmente a los que sumaban papillas de cereales, además de fruta" , explicó ayer Segundo Riesco, responsable de la Escuela de Hostelería del IES Valle de Aller, que ayer se sumó en Mieres a la celebración día de la Ruta de la Plata, que tuvo como lema "La romanización en Mieres".

Los alumnos de la escuela allerana ofrecieron ayer una degustación gratuita de cocina de la época romana. Se instalaron en los jardines situados frente al Colegio Liceo, en pleno centro del casco urbano. Se centraron en los platos que elaboraban las clases medias y bajas. "Se trata de una muestra de la alimentación típica del pueblo", apuntó Segundo Riesco. Los romanos hicieron muchos registros de cocina, por lo que hay mucha información documentada sobre sus costumbres culinarias. En Mieres se pudo saborear ayer una "focaccia", "precursora de la pizza, aceite, aceituna negra y un poco de anchoa", señaló Riesco . "Era algo parecido a nuestros tortos". Con el mortero, los romanos hacían una especie de salsa de pesto que llevaba albahaca, pimienta, nueces, piñones, comino y aceite, todo triturado. "Lo utilizaban como condimento de distintos platos", apuntó el responsable del centro de formación situado en Moreda. De postre, los mierenses degustaron algo similar los pestiños, que constan de una masa frita con miel. "Está bueno, son sabores que resultan familiares", valoró una de las mierenses que se decidieron a probar el menú.

La ruta Vía de la Plata recorre el país a través de las carreteras A-66 y N-630 desde Gijón hasta Sevilla. Los responsables de la red de cooperación de ciudades que integran esta plataforma llevan años desarrollando iniciativas de carácter turístico. La Red de Cooperación de la Ruta de la Plata inició su andadura en abril de 1997, con el ingreso de Gijón, León, Zamora, Salamanca, Cáceres y Sevilla. Un año después se incorporaron Mieres, Aller y Lena. Durante 2004 se incluyeron también Ribera de Arriba y Morcín. En el 2006 le llegó el turno al sexto concejo que conforma el Consorcio de la Montaña Central, Riosa.

Los actos organizados ayer por el Ayuntamiento de Mieres incluyeron una conferencia ofrecida por la historiadora Laura Bécares, del departamento de Historia Antigua de la Universidad de Oviedo. Habló de Mieres a través de su historia romana. Además de sus estudios en Historia, Laura Bécares tiene formación arqueológica y ha participado en varias campañas en Asturias, como en la domus altoimperial del Chao San Martín, castillo de Gauzón y en prospecciones en la Vía Carisa en Llagüezos.