La castaña tiene recorrido en Parres si se promociona adecuadamente. Esa es a la conclusión a la que llega María Belén San Martín, una de las participantes este fin de semana en Arriondas en el 25.1 certamen dedicado a este fruto. Esta vecina de La Roza Parres realza la calidad de la cosecha de este año. "Viene muy sana y hay cantidad, lo que pasa que la gente ya no las apaña y acaban perdidas en los caminos, comidas por jabalíes, corzos y venaos", asevera San Martín, que pondrá a la venta 200 kilos en el certamen parragués. La mujer, de 73 años, resalta las potencialidades gastronómicas de un fruto que "antaño quitó mucha fame a los vecinos y que ahora está algo olvidada" y apuesta por la repostería para dar a conocer sus cualidades gastronómicas.

El Certamen de la castaña y productos de la huerta es visto por Hortensia González, vecina de Huexes, como una oportunidad única para promocionar la huerta local. Su hija Charo Peón pondrá a la venta a partir de mañana en Arriondas unos 500 kilos del fruto, que este año "vino sano y algo más pequeñín por la seca pero muy rico", cuenta. Entre la docena de variedades que presentarán en la carpa de la plaza Venancio Pando, una de las más demandadas es la valduna, que pueda alcanzar hasta 5 euros el kilo. La zapatona y la llanisca son otras de las variedades que presenta aunque otra de las que más gusta al público es "la de culo grande, que se vende a 3,50 euros el kilo", explica la mujer, que lamenta que no haya relevo generacional en el campo. "La gente joven apaña unas poquiñinas pero ya no hay el interés de antes, que igual vendías de golpe un saco de 40 kilos", apunta.

En la misma línea se expresa José Felipe Llerandi, vecino de Bode, que debuta en el certamen, en el que pondrá a la venta 80 kilos. "Echo en falta cierta costumbre conservera y que se potencie más en la gastronomía local, ofreciendo el tradicional pote de castañas o poniéndola en platos como el jabalí", cuenta. "La castaña es un producto en desuso, cuya producción va en descenso porque nadie se ocupa de dimir los castaños y estos se secan", aduce. Ya lo dice el refrán: pa comer castañes, hay que pulgales.