Después de cinco años reclamando más espacio, ayer las familias y los profesores del colegio público de Colloto inauguraban un nuevo aulario, que se levanta sobre la cubierta del patio y que alberga cuatro clases. La población infantil sigue creciendo y el centro educativo con ella. La directiva está pendiente de una próxima ampliación, con el proyecto ya redactado y a la espera de consignación presupuestaria, y contempla con interés una parcela próxima y vacía por la que querrían extender el patio de recreo de Primaria.

La obra en el colegio de Colloto, en la que la Consejería de Cultura ha invertido 420.000 euros, acabó a finales de junio, con tiempo de sobra para el inicio de curso, así que los alumnos habían estrenado las aulas hacía ya tiempo. La de ayer era la celebración oficial, que se hizo coincidir con el amagüestu escolar y con los talleres de cestería, alfarería y el concurso de postres al que concurrían padres y niños.

Covadonga Álvarez-Cofiño, la directora del colegio, daba cuenta ayer, minutos antes de la inauguración, del vuelco que ha dado en los últimos años. "Estas eran unas escuelas municipales y aquí venían los niños sin medios, y eso se fue arrastrando durante años", explicó. La fachada principal es la de aquellas escuelas a las que acudían los niños con pocos recursos. Es lo poco que queda de ella, porque, según explica su directora, "hace ocho los profesores empezaron a introducir programas como el de enseñanza bilingüe, de innovación y una colaboración muy sólida con centros de otros países europeos". La matrícula se ha duplicado y en la actualidad estudian en el colegio 271 niños de Infantil y de Primaria.

La última ampliación del centro data de 1985, según Álvarez-Cofiño. El nuevo aulario, el que se inauguraba oficialmente ayer, fue construido a lo largo de este año, entre enero y junio.

El colegio de Colloto dispone de una plantilla de 27 profesores y un equipo de orientación que lo visita dos veces por semana.

Comedor para todos

Colloto también estrenó este curso comedor escolar, a cargo del Ayuntamiento de Oviedo. De él hacen uso 115 niños y entre ellos el 60 por ciento acude con una beca de comedor. El espacio era tan insuficiente que los chiquillos tenían que entrar a comer por turnos. Las obras del comedor se acometieron durante el periodo vacacional de verano y están en uso desde el inicio de curso.

El nuevo aulario conecta con el antiguo edificio a través de un pasillo y se levanta sobre la cubierta del patio. Sobre ella se han construido las cuatro aulas que los docentes confían en que se les unirán otras cuatro, dos de ellas comunicadas y convertibles en salón de actos. Con esa actuación quedaría completada la expansión del centro escolar, según Covadonga Álvarez-Cofiño.

A la inauguración de ayer, el centro escolar había invitado a la concejala y el consejero de Educación, Mercedes González y Genaro Alonso, que al final no acudieron y estuvieron representados por sus técnicos. Los músicos de la banda "La laguna del Torollu", entre los que hay una antigua profesora del centro escolar, acompañaron a los niños durante la jornada festiva.

Las obras, que coincidieron con el periodo lectivo, fueron complejas y los profesores y los alumnos tuvieron que convivir con ciertas incomodidades. A pesar de ello, las familias fueron comprensivas, según Álvarez-Cofiño, y no hubo conflictos importantes, como ocurrió en otros centros escolares del municipio. "Todos comprendimos que era por un bien mayor", comentó la responsable del centro escolar.

La Consejería de Educación tiene en marcha actualmente en el concejo de Oviedo obras en los colegios públicos de Las Campas y en el Carmen Ruiz-Tilve. Este curso también volvieron a su colegio los niños del Dolores Medio.