La sala "Aurora Vigil-Escalera inauguró el viernes la muestra de Javier Torices, titulada "Vértigo sosegado". Veintidós obras realizadas en acrílico sobre tabla, que reúnen una antología poética de las aguas marinas. Es sorprendente el valor expresivo de este joven pintor madrileño; es para sospechar que en su pasado hubo un pirata, o un almirante, o un simple galeote, pero en resumidas cuentas Javier Torices se ha constituido en un mago del mar. Hay un barco soñado en la lejanía del horizonte; sugerencia de un alma errante en la búsqueda del infinito.

Olas inmensas, olas surferas, olas espumosas, bajamares intimas, y una visión magistral de los perfiles más populares de Gijon como un guiño de rendición a su belleza.

Ante la muestra, envolvente, precisa, es inevitable escuchar el rumor del oleaje y hasta se advierte un lejano olor a marisma. Es el mar en todas sus dimensiones de belleza, un mar donde descansan todas las luces, mar de plata, de ensueño, de temor. Es el propio mar quien a través de los pinceles de Javier Torices ha hablado.