Las colas que se formaron a la entrada del teatro Jovellanos en el Paseo de Begoña ya daban una idea de que un año más, y van dieciséis, la cita navideña con el Festival de Gospel hacía su entrada triunfal. El de ayer, día de estreno del certamen coral, era una nueva ocasión para deleitarse con la "Chicago Mass Choir", agrupación fundada en 1988 por James C. Chambers en Chicago, considerada como una de las mas relevantes de su género y que acumula varias nominaciones a los premios Grammy. No era la de ayer su primera visita a Gijón, pero en este caso, en su tour de 2015, los dieciocho componentes del grupo están llevando a cabo su particular tributo a B.B. King, fallecido precisamente el pasado mes de mayo.

El concierto estuvo basado, en toda su primera parte, en el disco de espirituales que el artista grabó en 1959, con mucho peso para el sonido blues, antes de dejar paso al gospel más clásico del que nunca se cansa el público gijonés, con temas que son sagrados. No en vano el responsable de Conciertos del Norte, entidad promotora del festival, había advertido en la presentación de la cita musical hace sólo unos días que Gijón está, tras Madrid, en la cima de ciudades donde mejor respuesta de público se da a la llamada de la música espiritual.

Fue la segunda parte del concierto el momento en que se pudieron escuchar clásicos como el "Amen", la "Silent nigth" o "O come all ye faithful". Para entonces el público ya estaba entregado, vibrando con los componentes de "Chicago Mass Choir", y disfrutando incluso de la incursión en el patio de butacas que hizo una de las cantantes para buscar el coro general. Con todo el mundo en pie se entonó el "Oh happy day" final. Y a esperar al viernes para tener más.