Todo el barrio de Villalegre fue ayer una fiesta. Más de 1.700 comensales tomaron parte en el segundo día grande de las celebraciones. La mañana se había levantado perezosa y con restos de una otoñal noche toledana. Los organizadores de los actos temían por la lluvia. "Pero levantó a mediodía y eso decidió a todos a salir a la calle", señaló Laura Cortés, la presidenta de la Asociación de Vecinos "El Marapico".

Casi todos los residentes en el barrio sacaron empanadas, filetes y bocadillos a las calles de Alonso de Ojeda, Jorge Juan, Juan de Grijalva, Francisco Legorburu y también la plaza de la Hispanidad o al parque. En ese lugar, precisamente, estuvieron radicados los moteros que atendieron la llamada de la segunda "quedada" solidaria de Villalegre.

Los organizadores destacaron el compromiso de los vecinos. "Estuvieron los bares llenos, la feria no paró de funcionar. No hubo ningún problema", destacó la presidenta de la asociación con plena satisfacción.

La fiesta tiene un paréntesis en la jornada de hoy, pero es para coger aliento. Mañana martes (a partir de las 12.00 horas) se celebrará el "rito del beso". Será después de la misa en la ermita de la Virgen de la Luz. Minutos antes del oficio litúrgico se venderán los pucheros con requesón, el dulce que caracteriza los festejos más románticos de la comarca. Cristina Blanco Rodríguez, del Pozón, y Gabriel Cardín Cozar, del centro de Avilés, son los novios de mayo o, lo que es lo mismo, la pareja que este año protagonizará el "rito del beso", que cada año congrega a decenas de seguidores en la ermita, especialmente si las condiciones meteorológicas acompañan. Eso es lo que esperan todos en Villalegre.