La instalación de cámaras de videovigilancia en los cuatro accesos principales a Lugones cuenta con el apoyo de buena parte de los colectivos de la localidad. Un respaldo que, no obstante, plantea ciertas reservas, ya que las distintas asociaciones son conscientes de que la medida puede generar controversia.

Tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA en su edición de ayer, el Ayuntamiento de Siero ha solicitado permiso a Delegación de Gobierno para instalar sendas cámaras en las avenidas de Oviedo, Gijón, Viella y Conde de Santa Bárbara, cuya función primordial será el control de los flujos de tráfico, aunque además se espera que sirvan como elementos disuasorios para evitar delitos y, en el caso de se produzcan, ayuden a su esclarecimiento.

A ojos del colectivo "Lugones en pie", que ha recogido 5.000 firmas reclamando un incremento de la seguridad en la localidad, la medida es positiva en tanto en cuanto se debe velar por la seguridad vial, pero insisten en que sus reclamaciones "van mucho más allá de la instalación de estos dispositivos que no cumplen, a priori, con la función reclamada". El colectivo pregunta, además, si la instalación de las cámaras mermará la presencia policial en la localidad, y si para el consistorio es más importante "el tráfico y los infractores que la gente".

"El problema de las cámaras es el respeto a la intimidad, aunque si están orientadas a la carretera no debería haber mayor problema. Pero tal y como están ahora las cosas en Lugones, donde la gente está muy caliente por los robos y los actos de vandalismo, supongo que la medida será bien recibida", sostiene Christian Álvarez, de la asociación "Lugones se mueve". Otros colectivos también muestran su respaldo a la iniciativa: "Hace falta tomar medidas para mejorar la seguridad, y si las cámaras ayudan, puede ser bueno", señala Edita Reguera, presidenta de "La Sidrina".

Entre los comerciantes prima la prudencia, ya que hay división de opiniones. "Hace un año, cuando sufrimos el repunte de robos, ya tuvimos este debate. Hay gente a favor y gente en contra, es una decisión controvertida. Por eso, como colectivo no nos podemos pronunciar, porque hay división de opiniones", revela Ana José de Celis, de Centro Comercial Abierto.

Por su parte, el Atlético Lugones, que ha sufrido varios robos en su campo, ve con simpatía la medida, aunque no ayudará a resolver su caso concreto. "Tenemos tres proyectos para instalar videovigilancia en el campo y lo vamos a remitir al Ayuntamiento", explica el presidente del club, José Luis Álvarez.