Muy lentamente y con los cantos ancestrales de fondo de las numerosas mozas del bando llanisco que tiene como símbolo distintivo la flor del clavel, se quemó ayer, junto a su capilla, al filo de la medianoche, la hoguera en honor a la Magdalena. Se trata de una de las tradiciones más arraigadas de la villa de Llanes. "Antes de Llanes ser Llanes sino Puebla de Aguilar ya tenía la Magdalena en nuestra villa un altar", reza una de las coplillas que ayer se escucharon durante el mágico momento que supuso el punto culminante del víspera del día grande de las fiestas en honor a la santa de Magdala.

Antes de que la hoguera ardiese en el corazón de la calle Mayor de Llanes, los mozos del bando "bailaron" el tronco de eucalipto llevándolo de acera a acera por las abarrotadas calles de la villa, para regocijo y orgullo de los magdalenudos por un lado, y para asombro de los turistas y visitantes que contemplaban por primera vez el espectáculo por otro.

La fiesta de la hoguera, que llenó de color la villa, comenzó por la tarde con un pasacalles a cargo de la "Banda Gaites Llacín" y continuó con un desfile en el que los integrantes del bando llanisco, protagonizaron un festival folclórico.

Hoy, día grande, la misa solemne será a las 11.30 horas. Acto seguido comenzará la procesión. Después, en la plaza del Muelle se ofrecerán los ramos y tendrá lugar un completo festival de bailes autóctonos.