Las fiestas de Montecerrao pusieron ayer punto y final con el reparto del bollo y la posterior jira. El inicio de la entrega de los bollos y el vino, que estaba previsto para las cinco de la tarde, según el programa de la organización, se demoró una hora. "El programa ponía que a partir de las cinco, y aquí estoy esperando, porque soy socia y lo pagué", dice Beatriz Coballa, uno de los asistentes al comienzo del reparto. A pesar del retraso en el reparto del bollo, el balance de los organizadores era muy bueno. "Han venido más de 30.000 personas en seis días de fiesta", afirma Roberto del Fresno, presidente de la asociación vecinal y comercial El Cristo-Montecerrao. Además, destacaba la importancia de los operativos desplegados por la Policía Local de Oviedo. "La policía ha actuado de forma magnífica evitando las aglomeraciones por el 'botellón'", añade del Fresno. Precisamente, este era el principal temor de los organizadores. "El 'botellón' es lo que acaba con las fiestas de prado", señala Carlos del fresno, vocal de la asociación organizadora.

El concejal de cultura Roberto Sánchez Ramos, "Rivi", también estuvo presente en Montecerrao. "Estas fiestas no son solo del barrio, ya pertenecen a todo Oviedo", dice orgulloso. Tras el bollo y la jira, las conmemoraciones terminaron con una verbena que tenía previsto alargarse hasta altas horas de la noche y fuegos artificiales.