El barrio avilesino de San Cristóbal cerró ayer con un buen sabor de boca sus fiestas patronales jugando, comiendo y bailando. Los eventos se concentraron durante toda la jornada de ayer en horario vespertino, para que ninguno de los vecinos se perdiera ningún evento de su gran día. "Han estado genial", decían unos niños en el prao.

Los juegos infantiles hicieron disfrutar a los más pequeños desde primer hora de la tarde. Poco antes, ya se podía ver a los niños nerviosos ante lo que iba a ser para ellos un día lleno de diversión. Varias atracciones hinchables y juegos tradicionales supusieron el comienzo de un día que acabó siendo muy largo. Con la zona de juegos para los niños abierta, comenzó la principal atracción festiva del fin de semana en el barrio: la gran parrillada. Este festín llenó la gran carpa central que se había instalado en la finca y que se quedó pequeña a la hora de acoger a los vecinos y a las personas procedentes de todos los puntos de la comarca. Numerosos asistentes disfrutaron con las costillas y los chorizos criollos que se prepararon.

Esta comilona de hermandad, que comenzó a las 20.00 horas aproximadamente, fue amenizada con música mejicana de por medio. El grupo de mariachis "Estampas de México" ofreció un repertorio de música repleto de rancheras del país americano mientras corría la bebida y la comida. Antonio Marcos, vecino de Avilés, se mostró contento al ver cómo transcurría el día. El domingo se vio e menos gente por esta carpa, pero este lunes, que es el gran día, han venido muchas personas de fuera aprovechando que están de vacaciones; todos nos lo hemos pasado en grande con la parrillada y la música", resumió. Otro grupo de asistentes explicaba que las fiestas de este año "han sido únicas" en cuanto a animación y señalaron que lo mejor de las celebraciones del barrio "siempre es la parrillada".

Posteriormente al banquete, la orquesta "Kosmos" fue la encargada de hacer bailar a un público satisfecho tras la comida. Pero con esta actuación no acabaron las celebraciones en el barrio. Todavía quedaba uno de los platos fuertes de la jornada festiva. La gran traca final de las fiestas patronales iluminó el cielo de colores e hizo vibrar a grandes y pequeños. Este evento, que tuvo lugar alrededor de la medianoche, puso punto y final a tres días de frenesí festivo, que concitó en la parroquia a vecinos y a visitantes.