El ruido nocturno en el "solarón" sigue generando polémica. Aunque en este caso el descontento se sitúa entre los organizadores de la romería urbana del Festival de la Sidra Natural. La noche del viernes al sábado la Policía Local obligó a bajar el volumen de la orquesta a 83 decibelios tras las denuncias vecinales del pasado jueves por los ruidos excesivos. Mientras algunos vecinos muestran ahora su satisfacción porque se les haya atendido su demanda de facilitar su descanso nocturno, los impulsores de la celebración se quejan de que "bajar la música a 83 decibelios es bajarla a nada, es como si fuera un pub". Eduardo Juanes, componente de la organización, lamenta que "en cualquier lugar de Asturias se hace un evento y no hay mucho problema, pero en Gijón centro llevamos cuatro ubicaciones en cuatro años para esta fiesta. Me parece una sobrada de los vecinos las quejas. Decir que me gusta la fiesta, pero debajo de mi casa no, si al final son cuatro días de festejo, significa protestar por todo".

La Policía recibió varias quejas durante la noche del jueves y algunos vecinos llegaron a plantear denuncias en el Ayuntamiento para protestar contra los eventos nocturnos ruidosos. Ignacio Blanco, abogado y uno de los vecinos que decidió alzar la voz, agradece que en la madrugada del viernes al sábado ya pudiesen descansar. " Se notó mucho la bajada del volumen, el sonido molestaba algo, pero era aceptable, mientras que el jueves fue insufrible", comenta este vecino de la avenida de Portugal. "Estamos satisfechos; parece que en el Ayuntamiento se dieron cuenta que se habían equivocado", añade.

Precisamente, Jesús Martínez Salvador, concejal de Festejos, reconoce que "era la primera vez que se hacía una fiesta en ese espacio y es cierto que los primeros días puede existir un desbarajuste hasta que se encuentra el nivel óptimo", pero añade que, con la bajada del volumen de la orquesta, se contentó a ambas partes: "Se intentó mantener un nivel de decibelios que haga que se pueda disfrutar de la música y que tampoco distorsione tanto al descanso de los vecinos".

Los organizadores de esta fiesta lamentan que las quejas de "una minoría impidan aprovechar para el bien de los ciudadanos un espacio" y añaden que "hemos pasado de la libertad al libertinaje, porque no dejan de ser cuatro los que están en contra por una amplia mayoría que se ha mostrado encantada con la fiesta", explica Juanes.

Entre los vecinos, Ignacio Blanco insiste en que su única petición es el control del ruido y no que se elimine la fiesta. "No nos negamos a que se hagan cosas ahí, ni a la barraca ni a los juegos infantiles, sino a las ultimas horas de la fiesta, en las que puede haber conciertos, pero deberían acabar un poco antes". Aunque la protesta va por bandos: otro grupo de vecinos de la zona de Marqués de San Esteban defienden a capa y espada la romería y señalan que "son cuatro días nada más y la fiesta da mucha vida al parque. Las quejas son desmesuradas".

El Ayuntamiento de Gijón sigue mostrando su firmeza sobre el espacio elegido para esta celebración, y recalca la necesidad de que "todos los eventos se repartan por la a ciudad". Además, la asociación de vecinos "Pando" de Poniente, afectados por los ruidos de la "Semana negra", muestran su apoyo a los vecinos del "solarón", y piden que "se racionalice y se pongan límites a estos eventos festivos con horarios más normales, ya que son 'fiestas culturales' y no 'after hours'".