La celebración de las fiestas de Nuestra Señora del Corriellu fue ayer sobre ruedas en Villar de Huergo y Caldevilla por dos razones: las localidades piloñesas acogieron la primera reunión de vehículos clásicos por la mañana y el XIII Descenso de autos locos al atardecer. Ambos registraron una gran afluencia de público. El momento álgido de la jornada se vivió a mediodía durante una concurrida procesión que estuvo animada por el grupo de gaitas "Sidrón". El vecino Fernando Rodríguez se encargó de subastar unos roscos que llegaron a cotizar a 110 euros. Antes, el miércoles, 46 jóvenes tomaron parte en la XXXIII subida ciclista a Caldevilla, informa C. CORTE