Hubo un tiempo, no hace mucho, en que los refugiados que llegaban a Europa y América eran españoles. Algunos de ellos gijoneses que tras la Guerra Civil se vieron obligados a huir "no de otra cosa que de la muerte y el hambre". La exposición inaugurada ayer en Los Campinos -la fuente conocida popularmente como "la de los patos"- bajo el título "Los desastres de una guerra" busca "contar las historias de la gente que vivió el conflicto en Gijón hace ochenta años, los bombardeos, los refugiados; lo que pasan hoy muchos niños y niñas en el mundo como no hace tanto sufrimos nosotros", describe Álex Zapico, director artístico de la muestra.

La exposición, que estará disponible hasta el 2 de octubre, cuenta con la colaboración del archivo del Ejército del Aire, el Museo del Pueblo de Asturias, la Asociación Guerra y Exilio o la Biblioteca Nacional, entre otros, y fotografías de Constatino Suárez, pionero del fotoperiodismo de guerra y de Florentino López "Floro". "Queremos rescatar la memoria de la guerra desde el punto de vista de sus víctimas, de los civiles bombardeados, de la gente que sobrevive o muere en la guerra", advirte Rubén Vega, responsable de documentación y producción de la exposición incluida dentro del proyecto "Los años silenciosos". A ojos de este historiador, el argumento de rescatar estas imágenes tras el conflicto bélico en España responde a su escepticismo ante la premisa de que conocer la historia evita que se repita. "No creo que escarmentemos, tropezamos infinitas veces en el mismo tipo de piedra y hay que recordar que nuestros abuelos y padres fueron refugiados". Ante la realidad que se vive hoy en otras zonas del mundo "ahora tenemos el privilegio de ser los receptores de refugiados y no emisores. Las situaciones se parecen mucho, llenas de víctimas inocentes, jugándose la vida sin motivo o incluso perdiéndola", conciencia Vega sobre lo que a su juicio fue un ensayo de la alemana Legión Condor como preludio a la Segunda Guerra Mundial.

Al acto de inauguración asistió la alcaldesa, Carmen Moriyón acompañada del la responsable de Cultura del gobierno forista, Montserrat López Moro, así como concejales de otras formaciones como los podemistas Mario Suárez del Fueyo y Estafanía Puente y Ana Castaño, de Izquierda Unida. "Todos tenemos familiares refugiados y exiliados que vivieron años silenciosos, victimas de quedarse sin nada, ni hogar ni familia, encima en silencio teniendo que soportar la vergüenza durante muchos años. Es un homenaje a ellos", resume López Moro.