"La Antojana", novela del tevergano escritor José María Ruilópez, narra la historia de "Armando Montaña y Josefina Gancedo, que contemplan cómo llegan a su vida un hijo con dudosa paternidad y un cerdito que promete ser el sustento que garantice la supervivencia familiar dentro de una existencia que los acosa". Así lo relató ayer el propio autor en un acto del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. El marco temporal de la novela es la Asturias rural de 1952 y su territorio, La Barzaniella (Teverga), "unas cuantas casas y un espacio central que es esa antojana delante de la puerta de la casa", agregó Ruilópez. Con una mezcla de "realidad y ficción, que es la sustancia de la literatura", esta "novela dramática ofrece guiños al lector, y continuas y pequeñas insinuaciones, por lo que no se puede saltar ni un párrafo", propuso Ruilópez (Oviedo, 1948).

Introdujo el acto María José Iglesias, directora del Club Prensa Asturiana, que presentó al escritor como "colaborador asiduo de LA NUEVA ESPAÑA", así como "escritor y periodista que aúna la visión local con una pasión global". También participó Luis Felipe Díaz Galeano, Luife Galeano, director de la editorial Atmósfera Literaria, encargada de la publicación. "Para mí es la mejor novela de Ruilópez, que escribe muy bien, pero ahora se ha excedido". Galeano planteó además el paralelismo del espacio de La Barzaniella con el "Macondo de García Márquez".

En dicho espacio, "Ruilópez hace magia porque el lector tiene la sospecha de que algo va a pasar, y no bueno". Por ello, "los personaje llevan el miedo en su mirada como si supiesen que no hay para ellos salvación". Y si su anterior novela, "Todo junto al río", de índole subjetiva, "sirvió para que Ruilópez purificara su espíritu, con 'La Antojana' se cumple el dicho de André Gide: 'Sin buenos sentimientos, sólo se escribe mala literatura'".