Pequeñas locomotoras, estaciones y vías de tren, libros, postales, llaveros, pins, acciones antiguas, documentos históricos, sellos postales... Cualquier objeto relacionado con el mundo del ferrocarril se puede encontrar este fin de semana en el tradicional Mercadillo Ferroviario, que este año cumple su decimoctava edición.

"La gente que viene a este tipo de eventos suele saber bastante sobre el tema, vienen buscando cosas muy concretas", asegura Jesús Suárez, presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril "Don Pelayo" de Gijón, "principalmente, objetos que no se encuentran en tiendas, de segunda mano, muy antiguos o algunos incluso descatalogados".

La asociación presidida por Suárez es una organización "modesta, con medio centenar de socios", cuya sede se encuentra precisamente en una estación de tren, la de Pinzales. Desde la asociación, se organizan multitud de actividades, enfocadas en su mayoría a la conservación y restauración de piezas, la conservación de material, o la organización de charlas, exposiciones, viajes o mercadillos como este, que se realiza una vez al año "en fechas que procuramos que sean próximas a las navidades".

Para Suárez, esta afición tiene un gran componente emocional, "son objetos que nos retrotraen a la infancia, a cuando jugábamos con ellos de pequeños", asevera.

Con él coincide Juan José Sánchez, uno de los vendedores, venido desde Madrid. "La gente que viene a estos mercadillos son coleccionistas de recuerdos", explica, "sobre todo en una región como Asturias, con gran tradición minera y del ferrocarril, la gente compra estas maquetas porque se acuerdan de haber visto los modelos reales de pequeños, o haber montado en ellos incluso". Desde el punto de vista comercial, "para nosotros es muy importante este tipo de eventos, ya no solo por las ventas, sino porque te permite expandir mercados, hablar con tus clientes cara a cara, de forma personal", asegura, por lo que lleva ya más de un lustro asistiendo al mercadillo gijonés.

En su puesto se puede adquirir "material que no se suele encontrar por ahí, ya que lo exportamos desde Estados Unidos, y lo vendemos en multitud de ferias a nivel nacional e internacional". Estas piezas, pueden ir desde decenas de euros a miles de ellos. "La única diferencia entre un juguete de mayores y otro para los niños, únicamente está en el precio", enfatiza. En la feria gijonesa, los objetos más preciados pueden alcanzar el millar de euros, mientras que en ferias internacionales pueden superar un millón de las antiguas pesetas, en "piezas de escala 1:1, con las que se podría perfectamente montar un museo".

A este encuentro navideño en las instalaciones del Museo del Ferrocarril acuden expositores de "Asturias, Madrid, Cantabria, Castilla y León, entre otros", enumera Suárez, quien lamenta que "en los últimos años acude menos gente de fuera, por dos factores principales: la distancia geográfica, y la disminución de la venta", a pesar de lo cual aún perduran entre las máquinas y vías del museo gijonés una docena de puestos, que se podrán visitar hasta las 14 horas de hoy, con entrada gratuita por la puerta del museo.