"D'entós p'acá, el reinu de Somerón ye famosu porque ellí semen y comen los meyores arbeyos del mundu". Es uno de los párrafos de "Don Quixote y la Princesa del Arbeyu", cuento infantil en asturiano recién publicado por la editorial gijonesa Impronta en la que su autor, el escritor, filólogo y bibliotecario Carlos González Espina (Belonciu, 1959) reúne a dos clásicos: Cervantes y Hans Christian Andersen; el gran maestro e inventor de la novela moderna, por un lado, y por otro, uno de los referentes de la ficción para niños.

"El cuento es el primero de una serie que yo llamo 'Alcuentros curiosos', en la que un personaje famoso, en este caso Don Quijote, se relaciona con otro, también popular, que es la Princesa del Guisante", explica González Espina, ganador hace dos años del premio "María Xosefa Canellada" de literatura infantil y juvenil por su obra "Cápsules de tiempu".

"Don Quixote y la Princesa del Arbeyu", que incluye ilustraciones de la artista Alicia Varela, parte de un episodio recogido en la novela cervantina: la bajada de su protagonista a la cueva de Montesinos. Una ensoñación quijotesca en la que el genial manchego deshacedor de agravios demuestra el rango principesco de la heroína sacada del cuento de Andersen.

Y también, de paso, la verdadera razón por la que los "arbeyos" del reino de Somerón (trasunto de la parroquia lenense Chanos de Somerón) son los mejores del mundo, como sabe casi todo el mundo. La frondosidad y complejidad de la obra mayor de la literatura española junto a la página escueta, delicada, que ocupa el cuento de Andersen, aquel danés de tormentosa vida sentimental que renovó con sus historias sencillas y simbólicas el género de los cuentos de hadas.

González Espina ha querido que esta edición coincida con el 400.º aniversario de la publicación de la segunda parte del "Quijote", que se ha conmemorado este año. "Lo que me interesa de la literatura infantil es propiciar el gusto por leer", afirma el escritor, quien elogia las "magníficas" ilustraciones que Marta Varela ha creado para esta obra. "Los personajes clásicos sieguen teniendo un gancho universal; mi idea es que la serie pueda publicarse en otras lenguas", añade.

González Espina, que ha ocupado puestos de responsabilidad en la Fundación de Cultura de Gijón y trabaja ahora en el Muséu del Pueblu d'Asturies, ha sido también cuidadoso editor (Llibros del Pexe) y autor, bajo su nombre o el de Irene Riera, de cuentos para niños. ¿Y la lengua asturiana? "Me sale natural, hacemos casi de evangelistas lingüísticos para un mundo que casi ya no existe", responde.