"El 6 de febrero de 1971, a las 10.35 de la mañana, era un sábado, hubo una explosión en la acería LD-1 de Ensidesa en la que hubo 10 víctimas. Avilés tembló para vestirse de luto". Aquel día de invierno, en el que la "fabricona" vivió el accidente laboral más grave de la historia de la comarca, no se borra de la memoria de los vecinos y alguien lo ha usado para tomar parte en el proyecto "Invierte en recuerdos", que ayer se clausuró en el centro de mayores de Las Meanas y que consistió en que todo aquel que quisiera dejara colgado algún recuerdo en un papel como símbolo de lucha contra el alzhéimer. Ése no fue el único testimonio sobre aquel grave accidente puesto en la pared. Otra mujer, que no da su nombre, escribió: "Estábamos en casa mi suegra, mi marido, mi hijo y yo. Menudo susto todos los cristales, techo, puertas... todo 'arrebentado'. Yo cogí a mi hijo, que estaba en la cama, y lo puse en otra cama. Y yo decía al marido que si estuvieras trabajando no te veíamos más ni vivo ni muerto. Luego, toda la gente corriendo por la calle (...) Es una historia muy dura que no merece la pena recordarla".

Soledad González, coordinadora del centro de Las Meanas, se mostró ayer muy satisfecha con el resultado de la iniciativa, en el que no solamente han participado usuarios de propio centro, sino también vecinos de todas las edades y condición. Así, Miguel Cuervo, de cuatro años, les llevó un dibujo de él en la playa con sus padres y una amiga "que se llamaba Carla". Ana, de nueve años, les contó cómo se le cayó "su paleto definitivo" y su madre, que es dentista, se lo arregló.

A las responsables del centro de mayores también les ha "llegado" que los usuarios del albergue de transeúntes les hayan hecho partícipes de sus historias. "Un chico nos trajo la foto de su hermano porque lo quiere mucho y no quería olvidarse de su cara. Nos contó que eran cinco hermanos y todos fueron dados en adopción menos él. Tardaron veinte años en juntarse para una cena de Navidad...", relata González. En el propio albergue, sus responsables pusieron un buzón para que los que allí viven les dejaran sus recuerdos. Además de la foto, hay papeles escritos con mensajes como "Cuando mis amigos me voceaban en la calle... 'Ángeles, ¿sales a jugar?'" o "Bocata de mi güela de manteca con azúcar".

En el muro, también descansa un papel que pone: "El día que llegué a España y conocí a mi padre". "El sábado pasado salimos al parque de Las Meanas para dar a conocer la iniciativa y se nos acercó un grupo de jóvenes y una de las chicas, nos escribió ese mensaje. Son cosas que te llegan", añadió González. Los momentos alegres se entremezclan con los trágicos. Uno de los más tristes, aunque con final feliz, es el de una hoja de periódico en el que se recuerda el secuestro de dos avilesinos que estaban de vacaciones en Colombia.

Irma Fombella, del centro de mayores, explicó que la idea es digitalizar todos esos recuerdos para hacer un pequeño libro "para que no se pierdan". También están grabando un vídeo en el que participan además de los usuarios de Las Meanas, periodistas, el cura de Llaranes, integrantes de la asociación Rey Pelayo, del Secretariado Gitano, profesores, una ginecóloga. También se recogieron donaciones destinadas a las fundaciones Pascual Maragall, Reina Sofía y CITA.