"Por probar" y "porque me gustan mucho las matemáticas". La joven gijonesa Patricia Pastor se presentó a la fase regional de la Olimpiada Matemática "a la expectativa y sin preparar nada, sólo para ver cómo iba y porque en la ESO había tenido buenos resultados". Y así, sólo por probar, quedó la primera. "Una sorpresa mayúscula", afirma la alumna del Colegio Corazón de María, centro que hizo pleno en la competición: de entre los diez primeros clasificados, cinco son del colegio gijonés: Fran Macía, Sergio Pereira, Pablo Ardura, Adrián Martínez y Patricia Pastor.

La que más brilló fue Patricia, quien se sorprendió de "muchos de los enunciados de los problemas, porque no eran ejercicios como los del colegio". Esto es, "no se trataba tanto de aplicar fórmulas, porque algunas ni las conocemos ni las conoceremos". El objeto de las pruebas, seis en total, fue más bien el de "proponer soluciones imaginativas sin hacer ni siquiera una ecuación; algunos problemas se contestaban sólo escribiendo".

Fue el caso de un problema sobre rectas paralelas y elipses, que "la primera vez que lo leí me sonó poco menos que a chino y al final lo resolví de forma más creativa". O el caso de otro ejercicio de fórmulas para el que "probé metiendo 70 números diferentes hasta que di con el resultado, por fuerza bruta", resume Patricia Pastor. Porque lo importante para salir victorioso de las pruebas es "no tanto la suerte como el ser cabezota y saber que puedes hacerlo", porque entre otras cosas, el jurado ha valorado más la propuesta de soluciones innovadoras que el hecho de dar un resultado exacto.

La joven, estudiante de segundo de Bachillerato Tecnológico, tiene una media de 10 y aspira a cursar Ingeniería Aeroespacial en Madrid el próximo curso. En marzo se verá las caras con el resto de concursantes a nivel nacional, donde "será difícil dar la talla, hay mucha gente que se prepara a conciencia para la prueba". Pero la gijonesa presume de cabezota.