Miguel Ángel Rodríguez, "El Sevilla", cantante de los "Mojinos Escozíos", conocido también por su paso por la televisión y el cine y por varios programas de radio, recala el próximo sábado en la Pola para presentar su espectáculo "Reflexiones del hombre lengua", con el que lleva ya más de 100 funciones por toda España.

-Cuando empezó con esta propuesta, ¿se esperaba que tuviera tanto recorrido?

-No. Para nada. Ni pensaba yo que me iba a gustar tanto el medio. Estoy muy contento con el éxito que está teniendo. Todo lo que hago está dentro del humor, y la del teatro era una de las puertas que me faltaba por abrir.

-¿Por qué cree que funciona tan bien?

-El tirón de "El Sevilla" y la tele tiene importancia, pero yo pensaba que iba a ser más grande, pensaba que iban a venir más fans de los 'Mojinos' de los que están viniendo y, sin embargo, es gente de teatro, gente que se pregunta qué está haciendo "El Sevilla" en un teatro, no está saliendo defraudada. Es una propuesta muy nueva, muy trabajada. Hace reír, pero no hay ni un solo chiste durante hora y media larga.

-Hay un factor sorpresa, entonces.

-Sí. La sorpresa mayor es que la gente no sabe lo que va a ver. La gente sabe que va a un espectáculo cómico, pero sale sorprendida porque no se espera lo que va a ver.

-Al hacer humor, está el miedo a que la gente no se ría. ¿Lo ha tenido alguna vez?

-Yo nunca tuve ese miedo porque el hecho de que te dediques al humor no significa que le tengas que gustar a todo el mundo. Cada uno tiene su público, y tú tienes el tuyo. Sí es cierto que si tratas de hacer reír y la gente no se ríe es patético, de la misma manera que si tratas de provocar pena y la gente se ríe. Pero, en este caso, el espectáculo está muy preparado y también el rodaje, que tiene te da seguridad y confianza.

-Tras esta experiencia, ¿sigue diciendo que 'Los Mojinos' es su faceta que más le gusta?

-No hay nada que me ponga más que los 'Mojinos', no solo actuar sino también los ensayos, sacar temas, componer. Lo que ocurre es que esto me ha gustado mucho también. Hay un mundillo que me gusta menos, que es el de la tele. Soy muy selectivo, rara vez el año que no diga que no dos o tres veces, y en su día me ocurrió igual con el cine, hubo un momento que no paraban de llegarme guiones, pero el mundillo no me atraía. El teatro, sin embargo, es precioso. Sin la protección de tu banda, solo en las tablas de un teatro en el que la gente te está escuchando respirar. Tiene que ser todo perfecto. Estás interpretando y el resultado es muy bonito. El contacto con el público es tremendo, hay cosas que me ponen los vellos de punta, que no olvidaré nunca.

-Es distinto el público en un sitio y otro de España.

-Sí que hay diferencia, pero no en el sentido del humor. Están los lugares donde van al teatro y donde no van. Recuerdo que estuve actuando en Sevilla hace poco y me dijeron "El público aquí en tu tierra es muy diferente que en el resto de España, ¿no?" y yo les dije "Totalmente diferente, porque en el resto de España la gente va al teatro y aquí no vienen".

-¿Cree que el salto al teatro ha cambiado la imagen que la gente tiene de usted?

-Sí, pero aun así mi imagen tiene algo muy natural vaya donde vaya. La gente, al verte, te trata como si fueras parte de su familia, no se cortan. Sí es cierto que hubo un antes y un después de que saliera en "Mira quién baila" en 2010. A partir de ahí la gente que nos conocía por el 'rocanrrol' empezó a decir "este tío no le escupe a la gente". Ahí empecé a ser muy familiar, entré en casa de las abuelas y los niños. Yo tengo que decir que el espectáculo es para mayores de dieciocho años porque quieren venir muchos niños a verme y eso es un problema.