Hace siglos que desapareció la celda y el torreón de Tordesillas en el que la reina Juana se despidió del mundo un 12 de abril de 1555. Hace un año -más o menos- la actriz Concha Velasco, el dramaturgo Ernesto Caballero y el director de escena Gerardo Vera aunaron sus talentos para que de esa armonía saliera Reina Juana, que es el espectáculo en el que la última habitación de la mujer trágica se transforma en escenario de uno de los espectáculos de la temporada. Esta noche llega a Asturias, al Palacio Valdés (20.15 horas). "Lleva 46 años encerrada, desde que cumpliera los 30. Le dan papel y pluma y escribe", comentó Concha Velasco ayer en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA.

El padre de la reina la había encerrado después de que ella hubiera visto morir, por un mal aire, a su marido Felipe El Hermoso. Muerto Fernando El Católico, Carlos I reavivó su encierro. La primera reina a la vez de Castilla, de Aragón y de Castilla vivió entre cuatro paredes casi medio siglo. Su última noche en la tierra resucita y de esa resurrección sale el drama de la mujer consumida, olvidada y enamorada, una reina que sólo había sido pasto de escritores románticos y cineastas historicistas. Vera, Caballero y Velasco recomponen el pasado y lo hacen para recuperar a una reina olvidada y arrastrada por una familia de desalmados.

La reina Juana, que nunca mostró devoción por Dios, finalmente se confiesa. La mujer que parió a Carlos I y que es la abuela de Felipe II asiente ante el futuro san Francisco de Borja. Y se detiene, como hubiera podido escribir el poeta Lope de Vega, unos años después, aquello de "Cuando miro los años que he pasado, / la divina razón puesta en olvido, / conozco que piedad del cielo ha sido / no haberme en tanto mal precipitado".

Concha Velasco -a sus bien hermosos 77 años- confesó que nunca había compuesto un soliloquio como el que Caballero le presentó con admiración. Velasco trabaja sola. Lleva un año haciéndolo y, asegura, "disfruta cada noche" dando el último aliento a una mujer consumida por decisión de su padre, de su hijo y de su nieto. Tres hombres decididos a hacer de la reina loca la cosa que debía desaparecer de la historia. La Velasco se subió a escena y tomó el alma de la reina. Las dos mujeres tenían la misma edad entonces. Ahora Concha Velasco ha cumplido un año más y sigue al pie del cañón.