Funcionan como una lanzadera de negocios. Recogen ideas y tratan de llevarlas adelante para crear empleo. "Se trata de buscar fórmulas para crear puestos de trabajo", explica Blanca Fernández, presidenta de la asociación PM-40/as, un nombre que toman por estar formada por mayores de 40 años. A lo largo de su trayectoria, desde 1994, han impartido cursos de reinserción laboral y encabezado proyectos como el de la organización de los aparcamientos en playas de Avilés, Castrillón y Gozón. Tuvieron sedes en Avilés y Gijón, pero sólo les queda la de Oviedo, que alberga un taller de corte y confección en el que imparten clases de costura y tratan de impulsar nuevas empresas.

"En los buenos tiempos teníamos colaboradores, voluntarios y gente en plantilla", expone Blanca Fernández, que dirige además las clases de costura y apunta que la crisis recortó su actividad en el momento en que era más necesaria. "Nos estamos recuperando gracias al esfuerzo", comenta después de contar que la asociación mantiene dos personas en nómina y se financia con los arreglos del taller, por el que pasan 30 alumnos -algunos de ellos becados debido a sus circunstancias económicas- y las aportaciones de sus socios. En estos momentos trabajan en un proyecto de rehabilitación de pueblos abandonados, pero la presidenta lamenta que aún no han conseguido el apoyo del Principado.

Además de acoger clases, el taller alberga las mejores perspectivas de crear empleo. Dos alumnas tienen en mente crear un proyecto de diseño y les gustaría contar con el buen hacer de quienes aprenden con Blanca Fernández para formar su equipo de confección. "Ojalá saliese, podrían crear muchos empleos", resalta la presidenta de PM-40/as.

Entre quienes toman los cursos se encuentra Bruna Morais, que ya había realizado un curso de costura y que, tras cerrar su cafetería, miro de nuevo a la aguja en busca de una forma de ganarse la vida. "Al pasar los 50 años ya no encuentras trabajo", destaca la alumna, que tras convertirse en una habitual del taller, se estableció por su cuenta y realiza trabajos de arreglo y confección. "Hago un poco de todo. Abrigos, pantalones, faldas...", dice para comentar después que planea ampliar el negocio y trabajar con su hijo cuando éste termine diseño.

A su lado, el universitario Nabil Majouti, trabaja en el disfraz que vestirá en la próxima Convención Juvenil de Cultura y Ocio Alternativo de Asturias (Cometcon). Porque las clases no sólo sirven para iniciar una carrera en el mundo de la moda. "Aquí se aprende un montón. Hay muchas cosas que hacía a mi manera y ahora me digo: '¡Dios! ¿Cómo podía hacerlo tan mal?' ", dice Nabil Majouti entre risas mientras la presidenta de la asociación de parados elogia la categoría de sus confecciones.