Bella vuelve al castillo de la Bestia. Veintiséis años después de que Disney marcase un hito en el mundo de la animación con la celebrada adaptación del cuento clásico francés, según la versión de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, la productora lanza la esperada versión del filme con intérpretes de carne y hueso, que hoy llega a las salas.

Una traslación que ha sido posible gracias a la ya habitual fusión de actores y personajes creados por ordenador (lo que se denomina CGI), lo que ha permitido recuperar para la causa a los emblemáticos sirvientes de la Bestia en la versión de 1991: Din Don, Lumière, la señora Potts y su hijo, Chip.

Cuando se estrenó "La Bella y la Bestia" animada, Disney no pasaba por sus mejores momentos. La productora no había sabido aprovechar el auge del cine familiar en la década de 1980, y sus películas de animación, con la excepción de La sirenita (1989), apenas habían tenido éxito.

Todo cambiaría con "La Bella y la Bestia", un triunfo resonante y la tercera película más taquillera en todo el mundo (sólo por detrás de "Terminator 2" y "Robin Hood, príncipe de los ladrones"), con una recaudación global de más de 350 millones de dólares.

Además de su éxito comercial, la película rompió dos barreras impensables en la época: obtuvo el "Globo de Oro" a la "Mejor Película-Comedia o Musical" y fue nominada al "Oscar" a la "Mejor Película", un hito que sólo igualarían posteriormente "Up" (2009) y "Toy Story 3" (2010), pero que en el caso de "La Bella y la Bestia" cobra especial relevancia por no existir en su época la categoría de "Mejor Película de Animación" y por estar limitado el número de películas nominadas a cinco.

Tras este hito, Disney inició una auténtica edad de oro, encadenando "Aladdin" (1992) y "El rey león" (1994), que se convertiría por su parte en un musical de éxito, el más taquillero de la historia de Broadway, de hecho.

Aquellos triunfos y una adecuada estrategia de crecimiento permitirían a la Disney convertirse en el gigante del entretenimiento que es hoy. Una posición predominante que permite a la compañía invertir nada menos que 300 millones de dólares para hacer este "remake" de acción real de su emblemático filme de animación.

Disney lleva varios años especulando con esta revisión, aunque no fue hasta 2014 cuando el proyecto cogió forma, con la incorporación de Bill Condon (responsable de la estupenda "Dioses y monstruos" y de las dos últimas entregas de la saga "Crepúsculo") como director y guionista. Pero fue el fichaje de Emma Watson, la dulce Hermione de la saga "Harry Potter", lo que realmente lanzó el proyecto: Disney por fin tenía a su "Bella" de carne y hueso.

El papel, un caramelo para cualquier actriz con ganas de hacerse un hueco en Hollywood, supuso no obstante un pequeño trauma para la intérprete, a la que también cortejaban para protagonizar un musical sobre dos jóvenes que persiguen el éxito en "la ciudad de las estrellas". Se trataba, obviamente, de "La La Land", una película a la que Watson hubo de renunciar al no poder compaginar el rodaje en Inglaterra de "La Bella y la Bestia" con el del filme de Damien Chazelle, que se realizaba en Los Ángeles. La joven intérprete, no obstante, quería hacer ambos filmes, por lo que llegó a plantear, sin éxito, que se desplazase el rodaje de "La La Land" a Londres. El resto de la historia ya lo conocen: los productores sustituyeron a Emma Watson por Emma Stone, que se alzaría con el "Globo de Oro" y el "Oscar" por su actuación en la película de Chazelle, que además encandiló al público para recaudar más de 400 millones de dólares en todo el mundo.

El error es de los que pueden marcar toda una carrera, aunque seguro que a la Watson se le pasa el disgusto si "La Bella y la Bestia" cosecha el éxito que se espera. De momento, las primeras reseñas destacan el desempeño de la actriz, princesa Disney hecha carne, y su insospechado talento para la canción, que le permite aguantar incluso las comparaciones con Paige O´Hara, quien dobló a Bella en el filme de animación.

La película, además, se sitúa en el centro de una gran controversia por la introducción del primer personaje abiertamente homosexual de la factoría Disney: se trata de Le Fou, sicario del antagonista Gastón. Una decisión asumida por el propio Condon que ha levantado ampollas en países como Malasia, donde se ha censurado una escena especialmente explícita.

Lo que está por ver es si esta nueva versión del cuento estará a la altura de otras adaptaciones ya míticas. Porque, además de su hermana animada, "La Bella y la Bestia" ha sido llevada al cine por Jean Cocteau, quien logró una absoluta obra maestra cuya influencia en las versiones Disney es palmaria, e incluso el relato se sitúa en el origen del primer "King Kong", con la Bestia transmutada en gorila gigante. Ahora, el rey de la isla Calavera, resucitado por Legendary Pictures, y la singular pareja de cuento de hadas que forman Bella y su maldito enamorado se enfrentan en las taquillas. Y todo apunta a que, una vez más, será la Disney la que se llevará el gato al agua.