La escuela de danza "La Caracola" no para. La actividad de esta asociación, que tiene su sede en Las Vegas, es todo un referente ya en el baile y la solidaridad. "Colaboramos en todo lo que podemos. Solemos ir al mercadillo de comercio justo y no faltamos a las actividades de lucha contra el machismo, por ejemplo, un autobús entero con padres y madres y las niñas bajamos a Madrid a bailar la marcha contra la violencia machista", comenta Candela Guerrero, una de las profesoras de la escuela. La última vez que se subieron al escenario fue el pasado fin de semana, en la primera fase del Festival Anaprode (Asociación Nacional para el apoyo y la promoción de la danza en España). Este año pensaron inicialmente en no participar, porque "requiere mucho trabajo, muchas horas" y querían centrarse en otros proyectos. Pero, al celebrarse en Avilés, se decidieron a hacer el esfuerzo.

Parece que fue una buena idea, porque las 26 coreografías que presentó acabaron en los tres primeros puestos y ocho de ellas se hicieron con el primer premio. Para empezar, al ser en Avilés, pudieron presentarse más bailarinas: "Cuando decimos que esta es una escuela social, no quiere decir que contemos con personas en riesgo social, lo que quiere decir es que mira a la comunidad, al barrio y a la sociedad, a través del arte. Por eso no ponemos ninguna traba para que participen en el festival, da igual su nivel, todas las que quisieron participar lo hicieron. Nosotras trabajamos la danza desde un punto de vista colaborativo y creativo". Con todo, si hay una única exigencia: "Lo que se exige es trabajo. Cada una parte de un sitio, porque todas son distintas y maravillosas, lo que lleva a que cada una tenga su objetivo".

En este festival hay concurso en distintos estilos, por edades y además individual, dúo y grupo. "Nosotras participamos en las modalidades de contemporáneo, fusión, hip hop y jazz", comenta la profesora. Este año se unieron a la expedición las más pequeñas, algo que cuando hay viaje de por medio, no ocurre. "Se produjo un momento muy bonito que demuestra lo especial de esta escuela. En la entrega de premios hubo un momento que mirabas al grupo y las pequeñas estaban llorando, emocionadas, viendo a sus compañeras en el escenario", destaca Candela Guerrero. "Las mayores, que actuaban por la tarde, fueron a las 8 de la mañana para ayudarnos a maquillar a las pequeñas, a prepararla. Es algo muy especial, esa colaboración es el regalo que nos hacen cada año a los profesores. No sé si todos los años vamos a ganar premios, pero lo que esperamos es contar todos los años contar con este tesoro", afirma Guerrero.

Ocho de las coreografías del grupo corverano serán interpretadas en la fase final en Tarragona, en la que no solo hay escuelas de toda España, sino también alguna de otros países. La Caracola está ya abonada a esa final, ya que es el tercer año que la disputa. "Nos lo pasamos genial y es muy interesante para ellas, porque, por ejemplo, les dan clases magistrales de diferentes estilos. Es muy bueno que conozcan otros estilos, que trabajen con otros profesores... Luego van al concurso, hablan con niñas de otras escuelas, hacen amigas de nervios, de camerino", comenta la profesora.

Pero, mientras preparan la final, se embarcarán en otro proyecto: un espectáculo de alrededor de 40 minutos sobre memoria histórica. "El año pasado trabajamos con la asociación de la fosa común de Piñera e hicimos una performance en el lugar en recuerdo de los fusilados. Ahora queremos ampliar esa coreografía", explica Guerrero.