El diplomático español Juan Alfonso Ortiz Ramos retrocedió ayer a marzo del año 2000, fecha de inicio de la guerra de Siria, para explicar "cómo un enfrentamiento aparentemente menor, con manifestaciones pacíficas en demanda de mejoras sociales y económicas, se convierte en un conflicto estratégico extra regional" con millones de ciudadanos muertos, refugiados y desplazados y un país destrozado.

En la conferencia que ofreció en el Centro de Servicios Universitarios, invitado por la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca, el diplomático, señaló que "Siria es un ejemplo de lucha de poderes y lo que ocurre allí se refleja en el resto de los países de Oriente Medio y más allá". Abarrotó la sala.

Conocedor de la vida política, económica, social y religiosa de este territorio que calificó de "invento colonial francés", el diplomático que estuvo destinado seis años de embajador en Egipto y Sudán, se refirió a los conflictos internos de Siria y al régimen Al-Ásad. Recordó al padre del presidente, "que llegó al poder tras un golpe de estado en 1970 y se mantuvo en él durante 30 años con un férreo control militar" y habló de su hijo y sucesor, "que recibe una herencia envenenada. Llegó de rebote, abrió grandes expectativas y defraudó a la población", indicó.