Buen lector y músico que canta sus propias composiciones, la literatura tiene una relevante importancia en la vida de Nacho Vegas (1974), uno de los artistas más singulares y menos intercambiables de la escena musical española. Suele recoger en sus notas biográficas que estudió Filología Española hasta el último curso, sin licenciarse. La lectura y la escritura forman parte de su manera de estar en el mundo. La editorial Espasa (Grupo Planeta), que ha abierto su catálogo de poesía urbana a autores como Rayden o Nach, acaba de publicar "Reanudación de las hostilidades", un volumen en el que el cantautor gijonés reúne poemas y relatos.

La publicación de este libro, que incorpora ilustraciones del músico gallego Víctor Coyote, coincide con una nueva gira de Nacho Vegas, en formato acústico, en la que el artista repasará algunas de las canciones de su muy personal repertorio y leerá, además, algunos de los poemas y relatos que ha publicado, hasta la fecha, en dos entregas: la reciente "Reanudación de las hostilidades" y "Política de hechos consumados", con fecha de 2004.

Nacho Vegas, uno de los protagonistas del feraz movimiento musical que acogió Gijón en la década de los noventa (ya saben, el Xixón Sound y todo aquello), estructura "Reanudación de las hostilidades" como un tríptico en el que las palabras de los títulos remiten a cierto lenguaje bélico: "Los términos del conflicto", "La contienda" y "Capitulación". El cantante incluye en la segunda parte de este volumen seis relatos (hay otro más en la primera), mientras que en los otros dos apartados reúne una serie de poemas en primera persona, en verso libre (el versículo es la opción en algunos textos), en la que una voz que identificamos inmediatamente con la de Nacho Vegas nos cuenta sus días y noches, amores y desamores (más de estos últimos), hodiernas pesadumbres, recuerdos de infancia y soledades. Tanto sus versos como sus relatos conectan con la de un grupo de autores que, siguiendo por ejemplo la línea estética de Roger Wolfe, se sienten cómodos en lo que se ha dado en llamar "realismo sucio".

Una literatura urbana, del yo y sus agraces circunstancias. En la de Nacho Vegas, Gijón es un telón de fondo. Para quienes piensen que el cantautor no sabe métrica, que lean "Poema", con sus rimas y acentos en su sitio.