Un viaje escénico por las calles de Candás para conocer a las mujeres que influenciaron la vida de Gaspar Melchor de Jovellanos. Su madre, Francisca Apolinaria Jove Ramírez, su hermana Josefa y su amiga la condesa de Montijo, María de Sales Portocarrero, sirvieron como personajes teatrales para conocer más a fondo la figura del ilustrado asturiano, así como reflejar las convenciones y normas sociales que regían la vida de las mujeres de los siglos XVII y XIX. Un recorrido teatral por la villa marinera con el que la compañía de teatro profesional "La Tejedora de Sueños" consiguió meterse en el bolsillo al público, que fue creciendo a medida que se desarrollaba la obra.

El punto de inicio fue el puerto, donde los actores y actrices tiraron de comedia para presentar la obra y dar las indicaciones oportunas al público para seguirla. De camino al Ayuntamiento carreñense, hicieron una parada para escuchar a las mujeres de Candás cantar la habanera "Playa de La Rebollada" y mostrar al público el trabajo diario de las mujeres en las conserveras del concejo en la época. Ellas formaron parte de una de las representaciones vivientes que hubo entre acto y acto de la obra "Jovellanos y ellas", dirigida por Emma de Luis, y que contó también con la música en directo de alumnos de la escuela de música dirigidos por Begoña Vázquez y David Colado.

En la plaza del Ayuntamiento, la madre y hermana de Jovellanos desentrañaron los usos de la época para una joven. Debía coser el ajuar para la boda. Y nada de leer, y mucho menos escribir. Pero la hermana del ilustrado era una mujer rompedora, con inquietudes intelectuales, y por suerte terminó escribiendo. En los jardines del museo tuvo lugar la segunda escena, cuando se produce un encuentro entre Jovellanos y su amigo, el candasín Carlos González de Posada. Hablan de la problemática familiar con Josefa, a quien Jovellanos siempre había apoyado. Pero las normas sociales eran las que eran y eso se reflejó en lo mal que lo pasa el ministro asturiano cuando su hermana se enamora después de enviudar.

Cárcel de mujeres

En la biblioteca tuvo lugar el siguiente acto. La condesa de Montijo, una mujer adelantada a su época, le traslada a Jovellanos el vacío existencial que pesa sobre su vida y cómo ha decidido tomar las riendas de la cárcel de mujeres de Madrid, donde la tasa de mortalidad era muy elevada incluso antes de llegar a juicio. La condesa la rebaja hasta un 46 por ciento.

El acto final recreó cómo Josefa se metió a monja y cómo creó una escuela infantil que existe todavía en Gijón para que las niñas pobres tuvieran un futuro. Hasta su muerte se carteó con su hermano, mientras que la condesa de Montijo tuvo un destierro por el que murió en el exilio en Francia. Tres mujeres que influenciaron al ilustrado asturiano y se quedaron en la sombra de la historia.