Para hacer la mejor sidra casera del concejo de Ribadesella hay que nacer "entre ello". Así al menos ha sucedido este año con el ganador del Concurso de sidre casero convocado por "Entaína Ribeseya" dentro de su "Folixa la Sidre", Miguel Ángel Pérez. Conocido como "Miguelón", este vecino de Meluerda explica que en casa de sus padres "siempre hubo" y él siempre disfrutó de la bebida asturiana por excelencia.

La elabora en un llagar que él mismo construyó hace unos treinta años junto a su casa, en el que ahora conviven la madera y el acero inoxidable, símbolo de los nuevos tiempos. Pérez aún conserva la pala fabricada con una caña de manzano y el recuerdo de cuando no existían las mayadoras, las herramientas que cortan la manzana al inicio del proceso. "Cuando tenía catorce o quince años y tocaba mayar me echaban a dar una vuelta por el pueblo y pedir ayuda, igual había diez personas", rememora "Miguelón", antes de comparar la velocidad con la que la mayadora procesa ahora un cesto entero de manzanas.

El mejor sidrero del año en Ribadesella ya fue reconocido en ediciones anteriores: quedó primero en una de las primeras folixas y en el año 2000 empató en un segundo puesto con su tío, Medardo Pérez Llano, ya fallecido. "Fui a probarle la sidra y le dije que la mía era mejor", narra divertido, antes de que su otro tío, Pepe Lastra, añada que Medardo era "el mejor sidrero que hubo, hasta que el sobrino le quitó el título". Lastra ayuda a Pérez, al igual que José Luis González Herrero, vecino de las Cuencas pero afincado en Ribadesella desde hace una década. "Tiene una afición que mete miedo", resalta de su amigo.

Emplean manzanas de los pumares que "Miguelón" tiene en Meluerda, pero su sidra también se elabora con las manzanas que les dan vecinos y con las que recogen en Cuerres, de donde procede la ácida. "Se mezcla con agria y algo de dulce", explica Pérez, quien espera "a noviembre, a coger las manzanas que queden en el árbol. Las últimas son las más sanas", añade. A juzgar por el éxito de la sidra elaborada en Meluerda, el tío del ganador cree que la fruta que crece en este pueblo "debe tener algo", al tiempo que coincide con González en que sobre todo influye "que el paisano sabe".

En su forma de proceder importan, además de la manzana y la sabiduría, "la limpieza", hasta el punto de que en casa lo describen como "muy repunante" con este asunto. El riosellano, que este año produjo 90 cajas de sidra y el pasado 115 (entre 1.000 y 1.200 litros), la disfruta en casa y con amigos y probará suerte en el certamen regional.